Ya han pasado tres meses en la Cass de Leux. Poco a poco se había ido acostumbrando a aquella vida hasta parecerle normal. Algo había cambiado en ella, sus ojos son más profundos, sus pasos más fuertes, su voz ya no tiembla al hablar con un cliente sino que los aborda segura de sus encantos. Era consiente que una parte de si había o estaba muriendo pero sigue siendo fuerte. Esta vez no le intimida el bullicio de la fiesta, ni las miradas sobre su piel, solo espera que la noche la acerque un poco más a la corte. Con un poco de suerte podría conseguirlo. Este es un evento más abierto, había más damas, damas de verdad no como ella, y los lores y caballeros les coquetean hasta con cierta pureza, pero entiende que ellos saben cómo diferenciarlas, a esas damas de verdad, de damas como ella. Se abre el baile, un hombre se acerca a ella. Es bueno haber tenido suerte tan temprano en la noche, conociendo la habitualidad del oficio tal vez podría volver a incorporarse a la fiesta más tarde.
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