Era un informe de la princesa que incluía una foto de la hermosa mujer. Tal vez no fuera una condena tan horrible, después de todo. Lo último que quería era casarse por amor, y si era sincero consigo mismo, tenía que admitir que empezaba a cansarse de las aventuras pasajeras que caracterizaban su vida amorosa.Aún no se le había pasado por la cabeza la idea de casarse, pero no se oponía del todo a la posibilidad. Además, tenía sus razones para querer una distracción más permanente de las que podían ofrecerle a Paty y las demás como ella.— ¿Cuándo es la boda?......Pov Helena —¿Qué has dicho? —Helena se sintió como si Daniel le hubiera dado un puñetazo en el plexo solar, pero lo único que había hecho era formularle una orden.—Quiero que me encuentres una esposa.Ella cerró los ojos por un instante, pero al abrirlos Daniel seguía estando allí. Su guapísimo jefe, alto, apuesto, irresistiblemente sexy, cuya expresión apremiante confirmaba que las palabras habían salido efectivamente
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