Narrado por Omar Hneidi: Mariano Hans ha firmado el Nikkah sin ningún tipo de protesta, sin ningún tipo de queja, y sin avergonzarme delante de las personas que presenciaron el acto. Por esa parte, no tuve que hacer ningún recuerdo, ya tenía planeado raptar a su madre. Siempre he pensado que es una mujer bien interesante y con un marido que no es más que un idiota. No hay nada que me irrite más que la desobediencia. Y cada vez que la palabra desobediencia viene a mí, no puedo evitar pensar en Fatima... Fatima es la personificación de la traición. Mi hija, mi sangre, convertida en una sombra que se escapa entre los dedos. No voy a permitir que arruine lo que he construido. No ahora. No cuando todo está a punto de consolidarse. Fatima desde pequeña ha tenido ese mismo carácter que mi madre. La madre que me ha avergonzado desde que tengo uso de la razón, que se ha metido con maridos ajenos, con hombres que pueden ser sus hijos, y que me ha tocado deshacerme de ellos para evitar un esc

Narrado por Fatima Hneidi: Mariano empieza a besarme. Y no lo hace como si fuera un intento de hacerme callar para que mis preocupaciones no lo atormenten. No hay prisa en sus labios, carnosos y suaves. No hay urgencia en su andar. Solo una ternura que me envuelve por completa, que me hace olvidar por completo el mundo que nos rodea. Sus manos me sostienen con delicadeza, como si tuviera miedo de romperme. Como si supiera que este momento es sagrado para mí. Y lo es. Siempre lo imaginé así, tierno y lento. Tomándome mi tiempo para estar segura de que se debe de sentir así. Cada beso suyo me enciende aun más. Me despierta. Me transforma. No es la primera vez que me besa, pero esta vez es diferente. Esta vez no hay despedidas en el aire. No hay miedo. Solo nosotros. Solo este instante. Uno en el que no me siento una mojigata insegura llena de miedos y complejos. Estoy deseosa. De su fornido cuerpo al que me atrevo a tocar con la yema de mis dedos. Sus brazos qué parecen estar esculpi

Narrado por Kiara Hneidi: No puedo respirar. Hoy el día se ha sentido más cuesta arriba de lo que ya es habitual en mí. Estoy sola en mi habitación, sentada en el borde de la cama, con las manos sudadas y el corazón latiendo como si quisiera escapar de mi pecho. La boda es en un solo día. El día de mañana Mariano Hans y yo estaremos oficialmente casados. Ya todo está firmado. El Nikkah está sellado. Mariano aceptó. Lo que significa que en la noche de mañana, él podrá tocarme. Podrá acostarse conmigo. Podrá ver mi cuerpo.Y yo no quiero que lo vea. No quiero que vea mi cuerpo sin antes conocer algo de mí. O mucho de mí, a veces siento que ni siquiera yo misma sé a profundidad que es lo que soy, o que tengo para ofrecer a la sociedad además de mi belleza y mi complacencia. Pero... Quizás estando con Mariano, siendo tan espontáneo como es él... Él pueda ver algo en mí que aún nadie ve. O quizás solo estoy buscando excusas para posponer un deber. Y tengo un motivo sostenible para quer

Narrado por Fatima Hneidi: Me despierto con la luz del sol tocándome el rostro, pero esta vez no tiene ese efecto cálido que suelen tener las mañanas felices, las cuales conocí a profundidades solo en los brazos de Mariano. Abro los ojos en una habitación que huele a café recién hecho, a sábanas suaves, a la que ahora empiezo a reconocer como felicidad temporal. Estoy en la casa que Mariano compró para mí. Sigo aquí. La casa donde me convertí en su mujer. Donde me entregué completamente. Donde creí, por unas horas que supieron a cielo, que él podía ser solo mío.Pero ya es lunes. Y hoy es el día más triste de mi vida.En pocas horas, Mariano se casará con Kiara. Con mi hermana. Y ya no hay vuelta atrás. Me quedo en la cama, sin moverme. Mi cabello está alborotado, mi cuerpo aún duele de formas que no sé si son físicas o si ya se están convirtiendo en dolores emocionales. Quiero quedarme aquí. Quiero que nadie me vea. Quiero que el mundo se detenga en este lugar exacto donde Mariano

Narrado por Mariano Hans: Este ha sido el peor día de mi vida en todos los malditos aspectos. Todo lo que hoy ha pasado, ha sido más patético de lo esperado. He optado por permanecer en completo silencio. El motor del automóvil ruge bajo nosotros, pero no escucho nada. El chofer tampoco dice ni una sola palabra, es como si no estuviera ahí. No siento nada. Solo el peso de lo que está por pasar. Kiara está sentada a mi lado, con el vestido blanco aún perfectamente acomodado, con el velo que su madre ajustó como si fuera una corona. No dice nada. No me mira. No intenta tocarme.Y yo tampoco lo hago. Jamás lo haría. Kiara no es una dulce chica que ha sido obligada a casarse con un hombre que no la ama, Kiara tiene la mala sangre de los Hneidi en cada vena conductora de su cuerpo. Es dañina. Es letal. Cree que va a poder doblegarme y está muy equivocada. No hay nada que decir. No hay nada que fingir.No hay nada que salvar. Y nunca lo habrá entre está momia y yo. La ceremonia fue un