Al día siguiente, habría un evento, este se celebraba en uno de los salones principales del hotel, transformado por completo para recibir a empresarios locales, socios de pequeñas plantaciones y representantes turísticos. Banderas, carteles y paneles de presentación adornaban el lugar con aire fresco y sofisticado. Julie, con su carpeta en mano, revisaba cada uno de sus puntos.Llevaba un pantalón blanco recto, blusa oliva satinada y tacones bajos. Todo en ella gritaba profesionalismo. A su lado, una asistente le entregaba la lista de los oradores previos.—Te toca justo después del expositor de marketing rural —le dijo.Julie asintió, pero en realidad, había dejado de escuchar.Sean se acercaba por el pasillo, vistiendo camisa celeste, reloj de cuero oscuro, y esa expresión relajada de quien no teme irrumpir en terreno ajeno.—¿Pensabas presentarte sola?Julie se giró, sorprendida.—¿Qué estás haciendo aquí?—Escuché que darías una charla. ¿Cómo podría no venir?Julie apretó los lab
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