CAPITULO 92 No hay imposibles, decían los optimistas.
<<Más, mucho más que encantarme. Adoro, amo sentir tus manos en mi piel, tus labios en mi boca, tú en mí>>, continuó su mente. <<Nada me haría más feliz que perderme en sin tiempo, sin barreras, sin la realidad dura que dice que lo nuestro no puede ser>>.No hay imposibles, decían los optimistas. A ella le gustaba tener metas y esperanzas tanto como a cualquiera. Pero podía ver cuando algo no tenía futuro. Y ella y Aidan no lo tenían. Él era fuego, aventura, camino, adrenalina siempre dispuesta a la acción. Ella era agua, calma, punto de llegada, remanso sereno. Ella era parada en el sendero de este hombre que en este momento la ayudaba con caballerosidad a reacomodar sus prendas y rearmarse.—En verdad, lo único que lamento de hoy es que hayas tenido que escuchar esa discusión con Summer—señaló él.—Fue ruda. Y desagradable. No me gusta estar en medio de rencillas o disputas, me puso muy nerviosa.—No es la forma en la que suelo tratar a una mujer. Aunque suene duro, ella merecía esa
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