Marcos fue derribado al suelo, su cuerpo golpeando la tierra con un sonido sordo.Permaneció largo rato allí, arrastrándose, con su costoso traje desgarrado y manchado de barro y sangre.Sus manos arañaban la hierba, dejando surcos en la tierra como un animal herido.Luego levantó lentamente la cabeza, su rostro cubierto de lágrimas, mocos y tierra.—Nicolás… eres mi Beta más confiable, mi mejor hermano… —su voz era ronca y quebrada, casi irreconocible—, pero no entiendes…Se limpió la nariz con la mano, dejando una raya de sangre en la mejilla.—Ella tuvo un hijo antes, así que pensé… no era justo…Las palabras salieron en un susurro ahogado, como si decirlas en voz alta las hiciera reales.Las pupilas de Nicolás se dilataron de golpe, y su cuerpo entero se tensó.—¿Sofía tuvo un hijo?Su voz se rompió en la última sílaba, mientras su rostro oscilaba entre el espanto y la incredulidad.—¿Cuándo? ¿Cómo? ¡Eso es imposible!Marcos asintió dolorosamente, con la cabeza caída como un muñeco
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