—Nunca —espeté—, nunca serás suficiente para tentarme —recalqué la última palabra—. Preferiría besar a mi ex antes que cualquier cosa contigo.Tampoco es que fuera muy difícil, si Daniel llegara y me pidiera perdón, no lo haría, pero sí aceptaría un último beso de despedida.—Como digas —dijo despreocupado.Se terminó de cambiar, lo vi salir en traje de baño y dirigirse a la alberca privada de la habitación. Por mí que se fuera al mismo infierno. Apenas me hube puesto ropa un poco más cómoda, me quedé profundamente dormida.Lo que me despertó fue la sed. Estaba empapada en sudor, mi insípido camisón se pegaba incómodamente a mi cuerpo. Con trabajos logré levantarme, tuve que sostenerme de la pared para evitar caer.Entonces noté el fuego, por suerte, ninguna de las torres se incendiaba, pero el salón de eventos al otro lado del enorme jardín estaba en llamas. Desde aquí apenas se veía un poco, pero si lo alcanzaba a ver es porque era grave. Además, una tenue alarma sonaba.Esa debía d
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