41. ¿Lo deseas tanto como yo?
CatalinaTengo calor, tengo un calor abrasivo llenándome el cuerpo y al mismo tiempo un dolor de cabeza atronador que no me permite abrir del todo los ojos, pero con todo y eso me siento… tranquila.Cómo si de alguna manera mi cuerpo se sintiera más relajado de lo que he estado en mucho tiempo y es esa misma sensación la que hace que trate de acercarme a lo que creo es la fuente de calor.Me inclino hacia adelante y tal como pensaba el calor se intensifica, solo que este viene seguido de lo que parece un gemido. Espera… ¿Un gemido?Ignorando el dollar matillante, abro mis ojos y de inmediato deseo no haberlo hecho al darme cuenta de lo que está pasando. Al notar CUÁL es esa fuente de calor, o más bien quién. Mis ojos recorren la figura del hombre enfrente mio y ni siquiera debo tratar de ver su rostro para reconocerlo.Conozco muy bien las líneas de su cuerpo, la curva de su cuello, el brazo grande y fuerte que está rodeando mi cintura, esa espalda ancha en dónde tengo puesta la mano
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