LARSEstaba muy tranquilo en el trabajo, hasta que mi celular sonó y, tras contestar, la voz de Soren resonó con fuerza, eclipsando apenas los gritos enloquecidos de mi madre de fondo.—Soren, ¿qué está pasando? —pregunté, de inmediato alarmado, con mi cuerpo tensándose.—Lars, esto… mamá está teniendo una crisis y…—¡Mi niño, mi niño! —chillaba mi madre.—Ella te está llamando y, por favor… habla con ella. Es que llegó un paquete a casa, y resulta que dentro traía… ¡traía un cuerpo!Hablaba a trompicones, y se me paró el corazón por un momento.—¡¿Un cuerpo?! —espeté alto sin poder evitarlo, lo que atrajo la atención de algunos trabajadores de fuera, que miraron a mi oficina con curiosidad—. ¿De qué demonios estás hablando? —pregunté más bajo, encogiéndome en mi asiento y girando la silla hacia la pared.—¡Es verdad! Seguro saldrá en las noticias. Papá llamó a la policía y… había una amenaza escrita en la tapa, pero… la cosa es que mamá enloqueció. Por favor, trata de calmarla. Nada
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