Una esposa para el conde. Capitulo 14
Vanessa estaba harta de perseguir a pretendientes que le huían como a la peste. Era su tercera temporada, y sin embargo, aunque se la consideraba como una de las jóvenes más bellas de todo Londres, no lograba pescar un esposo conveniente que por fin le evitase seguir las vergonzosas instrucciones de sus padres. Sin una dote cuantiosa, sabía que su propósito era un caso perdido y que, si deseaba en algún momento formar una familia, debería conformarse con lo que quedara. Además, haberse aferrado a un caballero que su padre no aprobaba, no ayudaba en demasía a tener éxito en sus conquistas.Sentada en el taburete de su tocador, fue quitándose horquilla a horquilla, mientras empezaba a hacerse a la idea de que pronto la relegarían al rango de solterona. La idea no le resultaba tan desagradable, mas ¿de qué viviría? Sin dote, sin herencia, sin oficio alguno… A lo mucho que podía aspirar era a convertirse en institutriz de los hijos de sus amigas que, por cierto, habían ido alejándose a me
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