CAPÍTULO 39. Premio para la más perra.
Narrador.A la madre de Irina le pareció una muy buena idea, esa de que Clarisa fuera a vivir a la hacienda, así que no se opuso. Total, su sobrina tiene una moral dudosa y ella no estaba para cuidarla. En cambio, a Mariana, que es su hija ante el mundo, sí: debe asegurar que su reputación esté intachable, al igual que debe asegurarle un buen matrimonio con un hacendado de la zona que cuente con unas buenas cabezas de ganado, porque la situación en la que están lo amerita, ya que Miguel está negado a prestarles más dinero. Pero tampoco pueden ponerlo en su contra, de manera que deben convencer a Irina de quedarse a su lado.«Hijo de gato, caza ratón, aunque le des de comer filete», pensó mientras veía cómo se marchaba de su casa Clarisa. Sin embargo, sus pensamientos eran hacia Irina, por ser la hija de una sirvienta. Aunque todas sus hijas lo eran, no creyó que Irina, pareciéndole la más refinada, pudiera considerar acostarse con un peón.Ella y Gregorio descubrieron que era estéril
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