Pero Gabriel no tardó en soltarle la mano.—¿Y ahora a dónde quieres ir?Regina conocía el lugar de memoria, así que no había nada que le interesara ver.—Mejor vámonos.La miró con intensidad y curvó los labios en una media sonrisa.—Está bien. De regreso vemos una película juntos.Regina fingió no captar la indirecta, lo ignoró y caminó hacia el elevador.Apenas se subió al carro, sonó el celular que llevaba en el bolso. Lo sacó y vio que era una llamada de Lisa, así que contestó.—Hoy es la inauguración de mi exposición, ¿por qué no has venido?Se quedó un poco confundida.—No me habías dicho nada…—¡Te mandé un mensaje hace una semana! ¿A que ni lo viste, no?Se quedó pensando. Revisó el celular, buscó la conversación con Lisa y, al deslizar hacia arriba, vio que, en efecto, le había enviado una invitación.—Perdón, no lo vi.—Tú y tu despiste de siempre…—Voy para allá.Al escuchar que iba en camino, a su amiga se le pasó el enojo.—Bueno, apúrate. Aquí te espero.Colgó y se volte
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