94. MI ALIADA PARA ESCAPAR
AVAAl cruzar las fronteras de la manada, mamá dio un grito espeluznante.—¡No, no me puedo ir, no me puedo ir!—¡Cálmate, mamá! —me abalancé a abrazarla con más fuerzas.El auto dio una sacudida peligrosa por el susto que se llevó el chofer.—Ya, ya, tranquila, tranquila… —comencé a acariciar su cabeza, la temperatura de su cuerpo iba subiendo.Temía que hiciera esas rarezas que hizo en el bosque; si alguien la descubría, nos podíamos meter en problemas.Pero a la vez, quizás era una oportunidad de escapar.Sin embargo, no la forzaría y ella se fue calmando.—Mamá, no dejaré que nada te suceda —le susurré queriendo besar su mejilla, pero en ese momento subió la mirada y sus ojos se clavaron en los míos.Chispas doradas parecían danzar en las profundidades de sus hermosas pupilas.—Él va a buscarme, donde esté, él va a encontrarme… —me susurró agarrándome con fuerza del brazo.Su expresión mostraba lucidez y ansiedad… incluso miedo.—¿Quién, madre? ¿De quién hablas? —me acerqué a preg
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