Luther. Acabé con otra manada pequeña que quedaba lejos de mi territorio. Culminé al cortarle la cabeza a su alfa y mostrársela a los sobrevivientes, estos dejaron de pelear con mis aliados. —Escúchenme todos, si quieren sobrevivir, únanse a mí —proclamé, alzando la voz—. Soy su única esperanza. La mayoría volvieron a su forma humana y se arrodillaron frente a mí. Sonreí, porque desde que el demonio se fusionó conmigo, era capaz de controlar las sombras a mi favor. Aunque debido a eso era preferible atacar de noche. —Veo que te está gustando mi poder —habló Malzahar en mi cabeza—. No olvides que tu alma es mía, Luther. Procura no morir pronto si quieres seguir disfrutando. —Nadie podrá matarme, demonio. —Eso es lo que tú crees —soltó una carcajada burlona. —Cariño, sé que vinimos a pelear y todo, pero he buscado el momento oportuno para darte la noticia —La voz de Elise me interrumpió. Se veía emocionada. —¿Qué pasa? Te he dicho que te mantengas en la retaguardia, estás embara
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