Todos los capítulos de Alfa Malcolm estos Mellizos ¡Son tuyos!: Capítulo 71 - Capítulo 74
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71. Canción de cunas
—Bueno, acuéstense y escuchen esta historia —dijo Malcolm cuando se acomodó en la silla, con el laúd descansando naturalmente en sus brazos como si fuera una extensión de sí mismo. Los niños también se acomodaron entre las sábanas, expectantes. Josephine, que estaba sentada en la punta de la cama, aprovechó para arroparlos hasta el cuello, rozando con sus dedos las mejillas tibias de sus pequeños.Sin perder más tiempo, Malcolm comenzó a tocar unos acordes que sonaban como una canción de cuna, y luego empezó a cantar con un tono de voz suave. Sus dedos se deslizaban por las cuerdas del laúd con la familiaridad de quien ha tocado el instrumento desde hace años. La melodía llenó la pequeña habitación, envolviéndolos a todos en un mar de notas delicadas que parecían bailar entre las sombras que hacia la lampara de aceite que reposaba en una mesita al lado de la cama.—Había una vez un lobo solitario —comenzó Malcolm, alternando entre cantar y hablar mientras sus dedos no dejaban de acari
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72. La historia inscrita en la piel
Josephine y Malcolm caminaban juntos hacia las caballerizas, llevando consigo una pequeña lámpara de aceite, la misma que habían usado en la habitación de los pequeños. Durante el camino, el silencio entre ellos se encontraba lleno de nervios por parte de los dos teniendo distintas razones para ello. Por su parte la respiración de Josephine se había vuelto ligeramente irregular, mientras que Malcolm parecía concentrado, como si estuviera planeando cada paso a seguir.—¿Estás segura de esto? —preguntó Malcolm repentinamente, deteniéndose a mitad de camino porque, aunque no podía oír el corazón de ella, todos sus gestos indicaban que ella se veía nerviosa—. Si no lo deseas realmente... —Su voz grave sonaba inusualmente vacilante, casi vulnerable.Josephine se giró hacia él, contemplando el rostro de Malcolm parcialmente iluminado por la lámpara. Había algo en su expresión que no había visto antes: incertidumbre.—Si lo deseo —respondió ella con firmeza, aunque su voz sonó más suave de l
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73. Encuentro en el heno
Y así, sin perder ni un segundo más, Malcolm cerró la puerta del cobertizo con un empujón suave, haciendo que el chirrido de las bisagras se escuchara como un eco sordo. Cuando ya tuvieron mayor privacidad, él se giró hacia Josephine, caminando lentamente hacia ella.—Josephine… —murmuró, con su voz grave y cálida, y sin más dio un paso hacia ella, pequeñas nubes de polvo con sus pies descalzos —Si no estás segura, dímelo ahora —dijo a pesar de que los dos estaban desnudos y excitados.Ella lo miró, y sonrió extendiendo sus manos para acariciarle su rostro. —Lo deseo, milord Alfa —respondió con sus ojos brillantes de deseo por él, sin embargo, cuando ella se dio cuenta que sonó demasiado “feliz” por toda esa situación, carraspeó su garganta y dijo: —tampoco es que tenga muchas opciones… ser su amante, es mi forma de pagarle mi estadía aquí y la de mis hijos…Malcolm tragó saliva.—Así es, tus opciones son… limitadas. Ven aquí —ordenó y Josephine se acercó a él mientras Malcolm con un
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74. El secreto que ella guarda
Luego de un par de minutos, Malcolm retiró los dedos húmedos con lentitud, llevándolos a su boca para saborearla, en un gesto que la hizo jadear y arquearse aún más porque ella se volteó para mirarlo, y fue entonces que Malcolm se enderezó, sujetando su pene con una mano y con la otra las caderas de ella.—¿Estás lista para pagar su estadía aquí, Druida Fletcher? —murmuró Malcolm, esperando que ella dijera algo al respecto.—Si, sí. Estoy lista… —respondió la rubia, con su voz entrecortada, empujando sus caderas hacia atrás para enfatizar sus palabras.—Bien —dijo y con un movimiento lento pero firme, Malcolm la penetró, y al instante su pene grueso comenzó a deslizarse dentro de ella, estirándola, llenándola por completo.Josephine gimió por el placer y luego él se detuvo por un instante, dejando que ella se ajustara a su tamaño, mientras una de sus manos acariciaba su espalda con una ternura instintiva. Luego comenzó a moverse, teniendo un ritmo pausado al principio, siendo cada emb
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