—Espero te guste este pequeño regalito, ¡maldita zorra! —dijo con una sonrisa burlona mientras caminaba hacia Adams, parándose a su lado.Adams desenfundo su arma y apunto directamente a Amira. Perro Loco la seguía observando con atención. Pareciendo disfrutar del terror reflejado en su rostro… Cuando notó que Adams dudaba , se giró hacia él y gruño:—¿Qué tanto esperas? Hazlo de una vez. ¡Mátala ya! —exclamó con impaciencia.Adams lo observó y, con una mirada fría, movió su arma hacia él, apuntándole al rostro. Perro Loco retrocedió unos pasos, sorprendido:—¿Qué diablos te pasa, maldito desgraciado?Sin mediar palabra, Adams apretó el gatillo disparándole a la cabeza. El disparo resonó en el aire, y Perro Loco cayó de inmediato al suelo, sin signos vitales. Amira, aterrada y paralizada por el miedo, cerró los ojos con fuerza y suplicó:—Por favor…se lo ruego, no me mates… —Sus nervios hacían que todo su cuerpo temblara incontrolablemente.Adams se acercó con rapidez. Mientras que Am
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