31. QUIERO UN BESO DE VERDAD
No tengo idea de lo que planea Cielo, pero no me atrevo a oponerme. No por cobardía, como solía actuar antes de ella, sino porque me hace sentir viva. Y así es como quiero sentirme antes de partir.Morí una vez, y sé que ese otro lado —inevitable y silencioso— volverá a llamarme. Pero Cielo se quedará. Estoy segura de que fue su esencia mágica la que, poco a poco, regeneró el daño que ocasionó mi muerte. Por eso, merece organizar esta vida como mejor le parezca. A fin de cuentas, será ella quien termine de vivirla.—¿Qué tienes planeado? —pregunto, intrigada.—Hoy serás un general de la limpieza y el buen gusto. Quiero que hagas marchar la casa de forma tan ordenada y maniática, que para la hora del almuerzo cuando llegue tu marido y sus hijos, este lugar sea irreconocible. Con ellos haremos el primer ensayo de una actividad social.—¿En tres horas? Eso es imposible —digo con horror.—Debes ser creativa Elizabeth. Sé que tú puedes. Además, mientras el personal cumple tus órdenes, tien
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