C220- PERTENECERLE A ALGUIEN.Después del brindis, todo quedo en silencio, todos esperaban la reacción de la dragona.Ella se puso de pie lentamente y sus ojos dorados buscaron a Ashley. Había tensión en el aire, como si todos esperaran el rechazo, pero entonces, la dragona alzó su copa.—No conozco a los demás lobos —dijo —, pero tú... sin duda sabes representar a tu raza. Y te ganaste mi respeto esta noche.La dragona asintió con la cabeza, seria, pero con un leve brillo en los ojos.—¡Por la Loba de Fuego! ―exclamó.—¡Por la Loba de Fuego! —repitieron todos, levantando sus copas y gritando.Y de la nada, música estalló de golpe. Los tambores y cuerdas llenaron el espacio, y la dragona sonrió antes de girar hacia su compañero.—Veamos si puedes bailar, loba —dijo con una sonrisa ladeada, y se fue con su compañero hacia la pista.Ashley apenas sonrió, estaba tratando de procesar todo cuando Therion se le acercó.—Estuviste impresionante, Ash —dijo, con una mezcla de asombro y diversi

C222- SUEÑOS SIN FILTROS.Ashley cerró los ojos, sintiendo cómo se le llenaba el pecho. Ya no tenía sentido seguir luchando, además, no quería. Sonrió suavemente y lo susurró.—Sí…Era tan liberador y real. Lo dijo sin miedo, lo dijo de verdad.Pero él no respondió.Su rostro seguía pegado a su cuello y su respiración era lenta, pesada.—Drakos…El no respondió.—Drakos… —repitió, girando un poco para verlo.Él estaba completamente dormido. Sus cejas relajadas, la boca entreabierta, respirando profundo, se quedó congelada un segundo.—¿En serio? ¿Estás haciéndome esto? —dijo con una mueca, que iba entre indignada y resignada—. Te digo que sí… y tú… ¿te duermes?Suspiró, pero no pudo evitar sonreír, se inclinó un poco y le acarició la mejilla con la punta de los dedos.—Eres un desgraciado hermoso —susurró, con la voz entrecortada por emociones contradictorias—. Malditamente hermoso.Se inclinó y lo besó, fue solo un roce y luego fue a levantarse, pero algo le llamó la atención.El tat

C224-¿ME ESCUCHARÍAS?Drakos abrió la puerta sin hacer ruido y la encontró frente al tocador y apenas lo vio, se puso de pie.La sonrisa que traía se le borró al instante.—¿Qué pasa? ¿Estás enojado?Drakos la miró un segundo, su mandíbula aún estaba tensa, pero respiró hondo, no quería descargar nada con ella. Dio un paso, luego otro y le tomó las manos con firmeza, como si necesitara sostenerse ahí.—Lo estoy… pero no contigo.Ashley sintió cómo el estómago se le encogía. Las mariposas, desordenadas, se alborotaron y su piel reaccionó al contacto.—Drakos… ¿qué...?Él bajó la vista hacia sus manos un segundo, antes de hablar.—Voy a tener que ausentarme unos días. Un amigo… alguien importante para mí… fue asesinado. —Respiró hondo otra vez, luchando por no dejar que la rabia saliera de nuevo—. Iré a despedirlo.Ella abrió los ojos, sorprendida y luego sintió el peso de sus palabras.—Por la diosa… yo… lo siento mucho.El alzó la mano, le acunó el rostro con suavidad y la miró serio.

C226-ELECCIÓN.Vexys entrecerró los ojos, midiendo cada reacción de Ashley. No había compasión en su rostro, solo cálculo, pero su voz, salió suave pero directa, sonó casi como una orden disfrazada.—Hay un punto débil en uno de los muros del castillo. Una vieja grieta que conecta con una salida trasera que da al bosque. Por las noches, los guerreros no patrullan esa zona, creen que está sellada, pero no lo está.Ashley la miró fijamente, aún dudaba, pero se recordó que habia mucho más en juego.—¿Estás segura de que no me atraparán?Vexys resopló con impaciencia, cruzándose de brazos.—Claro que no. Yo iré contigo. Solo asegúrate de llevar comida y ropa. El camino será largo y tendrás que atravesar el bosque. Aunque, si te transformas, podrías avanzar más rápido. Yo solo te ayudaré a salir del territorio… el resto depende de ti, tendrás que encontrar sola el camino de regreso a tu manada.Ashley se quedó en silencio.Sentía el pecho tenso y cada parte de ella gritaba que no debía hace

C228-NUNCA ME MIRÓ COMO A ELLA.Desde esa noche, Ashley no se movió de la cama ni un segundo, se quedó en vela, pendiente de cada movimiento, cada sonido, cada gesto de Drakos.Le cambiaba las vendas, le humedecía los labios con agua y lo llamaba en voz baja cuando sus suspiros se hacían más pesados.—Estoy aquí… no te vayas… —le susurraba, acariciándole la frente con una ternura que le salía del alma.¿Por qué no podía irse?Ni siquiera lo cuestionaba ya. Sabía que, si lo abandonaba ahora, algo dentro de ella moriría para siempre. Había cruzado fronteras prohibidas, traicionado lealtades, ignorado las voces de conciencia… todo por estar a su lado¿Era egoísta? Quizá.Pero el amor que sentía por Drakos no era una elección, era un latido, un incendio que no podía apagar. Era más fuerte que el miedo y más puro que cualquier deber.Y si tenía que elegir entre él y su familia… lo elegiría a él…Drakos, inconsciente, murmuró su nombre entre delirios. La voz era ronca, apenas un hilo de air