C228-NUNCA ME MIRÓ COMO A ELLA.

Desde esa noche, Ashley no se movió de la cama ni un segundo, se quedó en vela, pendiente de cada movimiento, cada sonido, cada gesto de Drakos.

Le cambiaba las vendas, le humedecía los labios con agua y lo llamaba en voz baja cuando sus suspiros se hacían más pesados.

—Estoy aquí… no te vayas… —le susurraba, acariciándole la frente con una ternura que le salía del alma.

¿Por qué no podía irse?

Ni siquiera lo cuestionaba ya. Sabía que, si lo abandonaba ahora, algo dentro de ella moriría para siempre. Había cruzado fronteras prohibidas, traicionado lealtades, ignorado las voces de conciencia… todo por estar a su lado

¿Era egoísta? Quizá.

Pero el amor que sentía por Drakos no era una elección, era un latido, un incendio que no podía apagar. Era más fuerte que el miedo y más puro que cualquier deber.

Y si tenía que elegir entre él y su familia… lo elegiría a él…

Drakos, inconsciente, murmuró su nombre entre delirios. La voz era ronca, apenas un hilo de air