C211-EL ATAQUE DE LAS DRAGONAS.La luz del sol entraba por las ventanas altas cuando Drakos abrió los ojos con la cabeza latiéndole como un tambor. Tardó unos segundos en recordar dónde estaba.La habitación de Vexys, y ella estaba desnuda sobre su pecho, pintando círculos con un dedo sobre una de sus cicatrices y sonreía.—Buenos días, rey… anoche… fuiste… entusiasta —dijo con voz perezosa.Drakos se quedó inmóvil, su mente tardaba en procesar lo que escuchaba, pero el cuerpo reaccionó antes, la empujó de golpe y se levantó como pudo, tropezó con su propia pierna y vomitó al costado de la cama.El licor, el asco y la culpa. Todo salió de golpe.—Sal —escupió, con la voz rasposa— Ahora.Vexys no se inmutó, se levantó sin apuro y recogió su ropa con lentitud exagerada.—Ordenaré que te preparen algo para la resaca.Se puso la túnica, ajustó su cinturón y salió caminando como si ya gobernara. Drakos se quedó ahí, de pie, el sudor bajándole por la espalda y la mandíbula apretada. No reco

C213-CASTIGO.Drakos estaba ahí, en su trono, como una estatua, pero por dentro, algo hervía con fuerza. Tenía el ceño fruncido, los ojos fijos en nada, como si estuviera repasando mil pensamientos al mismo tiempo.Y todos terminaban en ella.La puerta se abrió de golpe y Ash entró corriendo, sin aliento, los ojos nerviosos y las manos temblando. Se detuvo justo al pie del trono.—Mi señor… —tragó saliva—. La loba está en su habitación. Ya fue curada… pero las mujeres del harén la dejaron hecha polvo.Drakos alzó la mirada, lento y cara le cambió. No gritó. Pero esa calma era peor que un rugido.—¿Qué pasó anoche?Ash lo miró, confundido.—¿Mi señor?De pronto, golpeó con fuerza el apoyabrazos y el sonido hizo sobresaltar al joven dragón.—¡No te hagas el idiota! Sé que tú me llevaste. Contéstame. ¿Te pedí que me llevaras con Vexys?El chico se congeló, tragó duro y bajó la cabeza. Y ahí, en silencio, le volvió la escena como si acabara de pasar.La noche anterior.Él rey apenas logra

C215-ELLA ES SU LLAMA.La sala estaba llena.Los dragones del consejo ocupaban sus lugares en el semicírculo de piedra tallada, algunos murmuraban en voz baja, otros simplemente miraban al frente, esperando que Drakos hablara.El ambiente estaba cargado, no era común una reunión a esa hora y sin previo aviso.Drakos entró y se plantó frente al trono de obsidiana, pero no se sentó. Pero antes de que pudiera abrir la boca, la puerta se abrió de golpe. Vargos cruzó como una tormenta, sus ojos estaban encendidos.—¡Esto es una burla, Drakos! ¡Una condenada burla! —soltó alzando la voz—. ¡Mi hija no será sirvienta de una loba!Los murmullos se detuvieron y todos lo miraron, pero Drakos no se movió.—Vexys intentó pasar por encima de mí —respondió con calma, sin levantar la voz—. Lo hizo con premeditación y abuso de su posición y eso tiene consecuencias. Deberías agradecer que no le quité el fuego.Los miembros del consejo se miraron entre sí, incómodos. Uno murmuró algo que no se alcanzó a

C217- VOLVER A VERLO.En el castillo, Ashley estaba sentada al borde de la cama. Se había cambiado sola, a pesar del dolor. Usaba una túnica ligera, entonces la puerta se abrió.Vexys entró con pasos duros, la barbilla alzada y los ojos llenos de desprecio. Llevaba una bandeja con fruta y agua, pero la forma en que la sostenía dejaba claro que estaba al borde de tirarla al suelo.La dejó sobre la mesa sin cuidado.—Esto es temporal —soltó con tono seco—. Solo es por un ciclo. Después, volveré a donde pertenezco.Ashley levanto una ceja y sus ojos eran fríos. No se molestó en fingir cortesía.—Oh, claro —dijo, cruzándose de brazos—. Un ciclo, pero te va a parecer eterno.Vexys apretó los dientes y Ashley sonrió, sin una pizca de dulzura.—Empieza por limpiar esa mesa, hay mucho polvo. Y después, ordena esas ropas por color, sin usar magia por supuesto.—¿Qué? —Vexys frunció el ceño—. No voy a…Ashley siguió con la mirada clavada en ella.—¿Quieres perder más, Vexys? Porque si sigues pr

C219-LOBA DE FUEGO.—Acepto tu invitación…mi rey.Drakos no reaccionó, no sabía por qué estaba ahí, pero tampoco le importó. Solo sintió cómo el tatuaje en su pecho ardía con más fuerza, como cada vez que ella estaba cerca. Se puso de pie lentamente, estirando su altura, imponente.Llevaba una túnica oscura con detalles dorados en el cuello y los puños. El cinturón de cuero ajustado marcaba sus hombros anchos y el torso firme, su porte era el de un guerrero.Y mirándola como si todo lo demás hubiera desaparecido, le ofreció la mano y ella la tomó sin dudar, luego la llevó a sus labios.—Tan hermosa como una estrella cayendo del cielo —murmuró, con una voz grave que vibró entre ellos.Ashley sonrió y asintió apenas, como toda una princesa. Luego giró y miró a los demás dragones sentados en la gran mesa de piedra negra.—Nunca he estado en una celebración dragona… pero esto… casi se siente como estar en casa.Therion alzó las cejas y algunos dragones sonrieron, pero otros seguían escépt