Henry, había golpeado la mesa con fuerza, su mandíbula se notaba tensa y sus ojos estaban clavados en nosotros.—Sigan comiendo –comentó con una falsa sonrisa la cual no llegó a sus ojos. Todos le hicieron caso, luego de guardar silencio durante aquella interrupción. Nuestros ojos se encontraron durante largos segundos, hasta que volvi a comer sintiéndome incomoda.Luego llegó el baile. Sonreí al flotar en los brazos del Duque, era un excelente bailarín. Además aprovechaba el contacto, el mas minimo. Era hermoso, sus ojos me observaban y sus labios, oh sus labios estaban tan cerca.Sin dudarlo, cuando dimos un giro, hacia una esquina donde estaban las personas ausentes, le robe un corto beso. El Duque, me observó sorprendido por mi atrevimiento y me reí. Para mi sorpresa, dimos una vuelta completa en el salón sin dejar de mirarnos, para volver a ese rincó
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