Con Sofía, siempre había sido estricta.Pero con Valeria, lo que sentía más bien era compasión. Desde pequeña, su salud había sido delicada y, además, era bastante sensata. Cualquier cosa que hiciera, siempre la consideraba desde el punto de vista de su madre. Por eso, entre Sofía y Valeria, incluso tendía a favorecer un poco más a la segunda.Solo que no era muy buena demostrándolo.Normalmente, los asuntos de la empresa ya la tenían suficientemente abrumada, y menos tiempo le quedaba para pensar en otras cosas. Y justo por eso, a veces pasaba por alto los problemas entre sus hijas.—Vale, mi amor, si alguna vez te sientes mal o crees que algo es injusto, dímelo. Siempre voy a estar de tu lado, ¿eh?Valeria asintió, indicando que comprendía.—Sí, mamá, lo sé. Muchas gracias.—Bueno, anda, ve a tus cosas.Solo entonces Valeria se separó del abrazo de su madre.Tras despedirse, regresó a su habitación y, con un gesto brusco, tiró al suelo el vaso de agua que estaba sobre la mesa. Despué
Leer más