Finalmente Gabriela decidió ir a acompañar a la madre de Alejandro. Mientras que Abril optó por sentarse en un parque cercano a esperar noticias de su novio. Estaba tan sumida en sus pensamientos que no se percató cuando un ladrón se acercó y le llevó su cartera con todo el dinero y sus documentos personales, afortunadamente en ese momento el teléfono lo había guardado en la bolsa delantera del pantalón y el ladrón no tuvo tiempo de pedirlo, quizá creyó que también iba en la cartera.No había nadie a su alrededor dispuesta a ayudarle. Todos estaban corriendo de un lado a otro con la noticia de la aeronave accidentada.De pronto…—¡Abril! ¡Pequeña mía!—. —Estás aquí, por Dios, estaba tan preocupado por ti, mi amor—. Habló Alejandro, acercándose a ella y abrazándola con emoción.Ella estaba paralizada y no reaccionaba.—Cuñada, ¿estás bien?—preguntó Alberto al ver que ella no mostraba emoción. —¿Dónde está Gabriela?— Preguntó.—Tú… Alejandro, ¿eres tú?— Dijo tocándole el rostro, aun sin
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