En esta semana se supone que Alejandro anunciará ante sus padres la ruptura entre él y Gabriela. Todo parece estar bajo control, solo que, por el momento no le dirá del intercambio de parejas.

Un día llegó a casa y lo primero que encontró fue a sus padres reunidos con un desconocido. Al lado del hombre se encuentra Abril y en el otro extremo la señora Ofelia, su madrina. La tensión se percibe desde lejos, solo la madre de él sonríe realmente feliz por lo que está aconteciendo como si fuera su propia hija la que estuviera involucrada.

—¡Buenas tardes!— Saludó con educación, pero con su sangre ardiendo de celos al ver a ese hombre demasiado cerca de su amada. Abril levantó la cabeza al escucharlo y con su mirada le pidió ayuda.

—¿De quien se trata tu visita, mamá?— Preguntó.

—Ven, siéntate con nosotros, hijo mío. Quiero que seas testigo de un momento inolvidable para la joven Abril.

—¿Cómo así?— dijo, acercándose a todos.

—Te presento al esposo de Abril. Él ha venido desde el pueblo par