Capítulo 032. La promesa.
Anton abrió los ojos, su mirada clavada en ella. —¿Y ese por qué lo bebiste, señora Kalman? Yalens se giró, un rubor intenso le subió por las mejillas. —¡Porque sí! Sin replicar, Anton se sirvió otro trago y se lo bebió de golpe. Yalens sonrió, desinhibida, sirviendo el último trago que quedaba en la botella. —¡Bueno, el clima está perfecto y la noche es joven! ¿Por qué no nos divertimos, señor Kalman? Anton soltó una carcajada. —¡Vaya, sí que procesas rápido las cosas! Yalens se encogió de hombros, con una expresión de pura dicha. —¡Hoy estoy feliz, el lanzamiento fue un éxito! Ya mañana tomaré decisiones respecto a lo que me informaste, señor Kalman. Se puso de pie, estirando los brazos, y caminó hacia la papelera con la botella vacía. Pero antes de tirarla, se detuvo en seco, se volteó y lo miró fijamente. —Una última pregunta, señor Kalman… ¿Qué siente por mí? ¿Le gusto? ¿Me desea? Quiero entenderlo. El aire se cortó. Anton quedó inmóvil, mudo, mientras su
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