Giovanni miraba a su querida esposa, sonriendo frente a él, su manzana de Adán se movió y su voz tenía un ligero tono ronco.—¿Qué pasa? —preguntó.—No pasa nada, solo quiero hablar contigo —respondió Clarissa.Se molestó, y su mirada ya no volvió a la pila de papeles, parecía como si estuviera buscando algo.—¿Qué quieres decir? —preguntó Giovanni.Las manos de Clarissa se movían sobre la mesa, dos de sus dedos se deslizaron como pequeños pasos hacia él, haciendo un leve "tac-tac-tac", hasta que sus dedos tiraron suavemente de la manga de Giovanni.Fue tan suave, como una hoja cayendo sobre el hielo de un lago, pero parecía que con esa hoja llegaba la primavera, derritiendo la nieve que cubría el lugar, mientras el sol reflejado sobre el agua creaba hermosos colores. Giovanni tomó su mano, y habló con la voz ronca.—¿Qué te pasa? —repitió.Se veía serio, pero Clarissa, que lo había visto ser tan serio con los demás, sabía que en ese momento Giovanni solo estaba actuando, era como si

Clarissa sentía que Giovanni no estaba feliz, y a pesar de que se había acercado para consolarlo, ¿no era eso una prueba de que le importaba?—Al final, sí es por mí que no estás feliz —dijo Clarissa, mirándolo, con un tono que claramente dejaba entrever algo de tristeza.Giovanni se detuvo un momento y la escuchó, pero sin decir nada, solo la observó.—Sé que he hecho muchas cosas mal —continuó ella, con una expresión que reflejaba el peso de sus palabras.—Parece que te lo estás tomando demasiado en serio —respondió Giovanni.—Solo estoy diciendo la verdad —respondió Clarissa, mirándolo fijamente antes de seguir—: Desde el principio, parece que no entendí bien lo que significa ser tu esposa.—Tú dijiste que te casarías conmigo, que solo te casarías esta vez, y el mismo día de la boda me presentaste a la familia Santoro. Sabías que ya había sido herida antes, y por eso firmaste un contrato de matrimonio completamente a mi favor. Hiciste tanto por mí, desde el principio me diste señale

Giovanni miró a su esposa con una expresión algo seria, al escucharla decir que él era "lindo". Se veía un poco incómodo.Probablemente, no había muchos hombres maduros que disfrutaran de que les dijeran "lindos". Ni siquiera estaba seguro de que eso se pudiera considerar un halago.—Es un halago, bobito —dijo Clarissa, como si ya supiera lo que Giovanni quería decir, sonriendo.—¿No has oído esa expresión? —preguntó Giovanni, curioso.—¿Qué expresión? —respondió Clarissa, sin entender.—Cuando alguien te dice "lindo", es porque le gustas en serio —dijo Clarissa, casi sin pensarlo.Clarissa se quedó en silencio por un momento, procesando lo que había admitido.—Yo solo he escuchado que cuando alguien es muy simple, se le dice "lindo", es algo superficial —respondió Giovanni, sonriendo un poco.Clarissa se quedó sin palabras. Definitivamente, ella jamás habría pensado en esa posibilidad.—Dijiste que se le dice "lindo" a alguien que no tiene nada de especial, pero tú tienes muchas cosas

La mesa todavía no tenía comida. Quizá, estaban esperando que Giovanni llegara para hacer el pedido.Las miradas de Javier y los demás primero llegaron sobre Giovanni, luego sobre Clarissa, y finalmente, sus ojos fueron a las manos de ambos, que estaban dentro del mismo bolsillo.Sus expresiones cambiaron al instante, primero sorprendidos, como si no supieran nada. Aunque ya se habían casado, ¿era demasiado pronto para hacer esas cosas en público?Solo Thiago pensó para sí mismo: ¿cómo no iban a estar tan cercanos? Para que Giovanni cediera esas dos pinturas, Clarissa había tenido que rechazar la colaboración varias veces.Clarissa sintió las miradas sobre ella y casi se echa atrás, con ganas de esconderse tras Giovanni. Pero, si se dejaba llevar por esas miradas, sería bastante vergonzoso.Así que se armó de valor, mientras Giovanni permanecía en silencio, tomándola de la mano y guiándola hacia la mesa.Entre Roger y Novák había un espacio vacío.Novák tenía una presencia imponente, i

—Nuestra adicción al cigarro no es tan grave —dijo Samuel, sonriendo, mientras todos en la mesa dejaban de sacar cigarrillos, incluidos Javier.Hasta Novák, que normalmente no decía mucho, había sacado uno antes, pero ahora lo guardaba de nuevo en silencio.Giovanni empezó a presentar a Clarissa con los demás.Javier ya conocía a Clarissa y también sabía de Raúl Dumas, el heredero de la familia Dumas, que se mete en la onda de la tecnología y la electrónica.Novák pertenece a la familia Gillet, que tiene varias marcas de lujo. Tiene sangre de la nobleza extranjera y está al mando de grandes fortunas en la industria del entretenimiento. Las cadenas de cines de la familia Gillet dominan casi la mitad de los cines en el país, y ni hablar de las pequeñas empresas de cine que han adquirido a través de Gillet Capital y su red internacional. La indiferencia de Novák es casi natural. Tiene el porte de un caballero británico, lo que hace que la gente no pueda evitar mirarlo, aunque sea solo a l