Marisela acababa de salir del vestíbulo de la empresa, preparándose para bajar a buscar a alguien, cuando vio que el elevador subía.Se abrió la puerta, eran Matías, Manuel y otros.—Matías, ¿te lastimaste en algún lado? —Marisela preguntó con preocupación frunciendo el ceño.—Estoy bien, Manuel y los demás me protegieron, Lorenzo no llegó a golpear realmente —Matías sonrió para tranquilizarla.—Además, si hubiera atacado yo también le habría devuelto el golpe, no te preocupes.Matías salió del elevador, seguido por Manuel y los demás. Los directores y gerentes bajaron la cabeza o voltearon la cara, sin mirar esta escena melosa.—Ah, bueno, Matías, Marisela, nosotros nos vamos a nuestras oficinas... —dijo Manuel, con expresión algo incómoda.Matías asintió, Manuel y los demás se apresuraron a irse, pero Marisela los detuvo:—Señores directores.Todos se detuvieron y la miraron.—Lo que hay entre Matías y yo no es como dijo Lorenzo, él simplemente está difamando y calumniando —aclaró Ma
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