Después del almuerzo, Bianca regresó apresurada a la empresa, dejando a Reese con Leonel. —Tómate el resto del día para descansar. En este mundo enfrentarás cosas así a menudo, así que tienes que estar preparada para los rumores y el odio. Pero recuerda que la empresa y yo siempre estaremos contigo —dijo Bianca, dándole una suave palmada en el hombro a Reese.Luego se volvió hacia Leonel. —Leonel, ¿estás ocupado esta tarde?—¿Qué pasa? —preguntó él.—Si estás libre, ¿podrías llevar a Reese a relajarse un poco? —dijo Bianca, guiñándole un ojo.—No hace falta —intervino Reese, agitando la mano rápidamente—. Leonel, ¿no estás muy ocupado? No tienes que hacer esto por mí…—Terminé mi trabajo esta mañana. Estoy libre por la tarde —dijo Leonel, lanzándole a Bianca una mirada rápida y un guiño juguetón.Al escuchar su respuesta, Bianca entrecerró los ojos y sonrió. —Entonces te la encargo. Haz que se sienta mejor, o me las pagarás.—No te fallaré —respondió Leonel con una sonrisa.Bianca
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