Aitana abrió los ojos y se encontró con la mirada escrutadora de Damián. En solo un segundo, confirmó que Damián no había recuperado la memoria.Después de la cirugía, Damián estaba muy débil y su voz salió ronca al hablar:—¿Aitana? Lo siento, aún no puedo recordar nada del pasado.Aitana le tomó suavemente la mano y le sonrió con calidez:—¡No importa que no puedas recordar! Te contaré poco a poco sobre las cosas del pasado.Sus miradas se cruzaron y el ambiente se volvió sutil.Porque ellos eran esposos, pero el hombre la trataba como a una extraña. En esta situación había cierto aire de ambigüedad inexplicable, algo que no se podía expresar con palabras, indescriptible.Justo en ese momento tan delicado, llegó la familia Uribe.Diego y Lisandra, Fernando y Lina, acompañados de varios niños, más Lucas.Al ver que Damián había despertado, los dos pequeños se acercaron corriendo con lágrimas en los ojos, abrazándose uno a cada brazo de papá sin querer soltarlo. Eran pequeños, y Aitana
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