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Todos los capítulos de MI CEO TIRANO, TENGO A TUS HIJOS: Capítulo 111 - Capítulo 120
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Mi mayor tesoro
En la sala de estar vieron bajar a Angelo, se imaginaban lo que había pasado Pero aún así lo escucharon. — Me despido, Emma ha roto el compromiso conmigo, lo veo lógico después de que se enterara de que está esperando un bebé. Buena suerte con el padre. Los De León no estaban nada contentos, sobre todo Emmanuel. — Debería ir a sacar a Rafael de la habitación de mi hermana. — Dijo con los dientes apretados. — Espera Emmanuel, ellos tienen que hablar, realmente Rafael solo está intentando hacer lo correcto, solo que tendrá que demostrar que no engañó a tu hermana. (...) Arriba Rafael comenzaba la conversación. — Hiciste lo correcto al romper ese compromiso absurdo con el CEO Leyva, aunque todavía no entiendo cómo fue que en tan poco tiempo ya estabas comprometida con otro hombre. Deberías darme una explicación. — Tu si que no conoces la vergüenza, no tengo nada que explicarte, ahora sal que quiero descansar. — Emma, sabes bien que la paciencia no es mi fuerte, ya t
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Ella se ve hermosa.
Los CEOS pronto estuvieron en el aeropuerto, el avión privado de los trillizos rusos ya los estaba esperando. Rafael había puesto su abrigador saco a Emma para cubrirla del frío, apenas subieron al avión la llevó a la recámara que tenía y la dejó descansar. Esperaba que no despertara hasta que estuvieran en vuelo. — Rafael, ¿Explícate por qué dijiste que traerías también a tu bebé contigo? ¿De que bebé hablabas? — ¿De cual va a ser? Del que Emma está esperando, ella se sintió mal y fue llevada al hospital, ahí en los exámenes que le practicaron se dieron cuenta de que está en cinta. — ¡No te lo puedo creer, vas a ser padre! Uno de los hombres más cotizados del país será padre! — Aleksey, estaba sorprendido. — Es mi momento de formar una familia, pero estoy tan molesto, Emma se había comprometido con otro hombre, eso me enfurece, si no he llegado me encuentro con mi mujer casada y mi hijo con otro padre. — Carajo, por poco y lo pierdes todo. — Alexandro comentó. — Y
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Deseo en la mirada.
Emma comió un sándwich y un jugo de naranja, también picó un poco de frutas, su humor después de comer mejoró un poco pero solo con Gisel, ella era muy linda y amable. — Felicidades por el bebé, llegando a la ciudad sería bueno que buscaras a un ginecólogo de tu confianza para que lleve tu embarazo, necesitas cuidados especiales. Saber cómo va creciendo y si tiene el peso adecuado. — Si... Lo haré, aunque todavía no sé si me quedaré, quizás vuelva con mis padres pronto. — Bueno... Con solo ver al CEO Mendoza y lo decidido que está en no dejarte ir. Yo no me haría muchas esperanzas con volver a casa. — ¡Ese salvaje me va a conocer, nunca debió secuestrarme! — No, no debió, pero no me vas a negar que fué muy romántico que luchara contra todos para llegar a ti y traerte de vuelta. — ¿Eso hizo...? — Si, nunca titubeó al respecto, espero poder encontrar un amor tan intenso como el que el CEO Mendoza siente por ti. Emma sonrió un poco, le agradaba mucho saber que Rafa
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Haciendo el amor.
Se trataba de un tigre atrapando a su presa, el CEO deseaba con locura a esa mujercita que lo había tenido sin dormir por días a causa de su ausencia. El hombre aprisionó en un beso apasionado los dulces labios de la pelirroja, ella quería resistirse, en verdad lo quería, pero su cuerpo reaccionaba a la cercanía y al toque de ese atractivo hombre, Rafael era como un dios viviente, tan perfecto como dominante. — Déjate llevar, estás a salvo conmigo... — No, el bebé... — No te voy a lastimar, seré gentil... Rafael besaba cada parte del divino cuerpo de su mujer, escucharla gemir lo satisfacía, ella era suya, lo seguía siendo aunque estuviera molesta con él. — Rafael... El CEO se enterró en la calida intimidad de Emma, él jadeó dejando escapar un gutural gruñido, si ella se pudiera imaginar lo que significaba para él estar dentro de su suave coño. Con la espalda en las baldosas y sostenida en el fuerte cuerpo de ese hombre que la volvía loca y le robaba la cordura si
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¿Me están siguiendo Doménico y Donovan?
Mientras en la enorme, lujosa y elegante mansión Mendoza, Rafael y Emma entraban a la cama para dormir. En otra parte de la ciudad, Serena acudía a una cena de negocios. La bella rubia llegaba vestida en un traje hecho a medida, zapatillas altas y un maquillaje prolijo. — Buenas noches, comencemos con la revisión del contrato, mi asistente les entregará una copa a cada uno, leamos juntos y cualquier duda solo pregunten y se las aclararé. Los probables socios se quedaron impresionados por la belleza y juventud de la señorita que fungía el puesto de vicepresidenta de la importante compañía Ivanov. Se preguntaban si los estaban tomando en serio al haberla enviado a ella y que no llegaran ninguno de los trillizos presidentes. — Señorita Ivanov, ¿No es usted muy joven para llevar y decidir sobre este millonario proyecto? — Uno de los socios no se guardó su opinión. Serena sin inmutarse respondió. — Estoy en este puesto por mérito propio, estoy perfectamente cualificada para
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Los quiero a los dos.
Los dos importantes CEOS se le habían presentado a la señorita Ivanov. Solo que no era este el mejor momento, a ella le molestaba muchísimo que los socios la creyeran una inepta e inmerecedora de su puesto de vicepresidenta. — Por supuesto que no te estoy siguiendo, pero me da gusto verte princesa. — Hmmm... Pues ya me viste, ya te puedes marchar. Los hombres que antes estaban sentados en la mesa de Serena, se quedaron boquiabiertos al escuchar como la princesa Ivanov le hablaba al imponente CEO Montana. Y nadie en su sano juicio podía hacer tal cosa. — Estamos de malitas, ¿Eh? No permitas que estos... Inversores te arruinen el buen humor. De hecho tengo bastante hambre. Ya estoy aquí después de todo. Pediré un salmón al vapor. — El CEO se sentó a la mesa. — Yo también estoy famelico, quiero un salmón a la mantequilla. También quiero un vino, el mejor de la casa. — El CEO Lombardi tomaba asiento, con el cuerpo recorrió a Donovan al fondo del sillón ante la mirada incrédu
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Buscando el vestido de novia.
Después de una larga discusión sobre que el novio no debía ver el vestido de la novia antes de casarse, Rafael accedió a que las chicas acompañaran a Emma a buscar su vestido. Serena y Kei Ivanov, Gisel Rossi, Angela Montana, Isadora Lombardi, Fernanda De Luca, y Artemisa Valentain. Se dieron cita a la exclusiva tienda de novias. Para que te atendieran en ese lugar, debías poner Sita con meses de anticipación, cosa que no sucedió con el CEO Mendoza, su asistente Rogelio llamó para hacer una cita y de inmediato le hicieron espacio. — ¡Qué emoción, Emma se va a casar con Rafael, además ya están esperando a su primer bebé, yo todavía no lo puedo creer! — Kei se escuchaba emocionada. — Kei Ivanov, ¿No me digas que tú ya estás deseando tener un bebé con Dominic? — Fernanda De Luca preguntaba a la que consideraba su prima. — Por supuesto que no, además todavía no tengo novio, no me he decidido por Domi, o por Ares. Los dos son muy apuestos y encantadores. La verdad es que me l
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Un demonio enfurecido.
La voz furiosa del CEO traspasaba el auricular, todas las chicas pudieron escucharlo, caminaban por toda la sala nerviosas pensando en que le dirían al hombre. — Ya estense quietas que ya me marearon. Tenemos que ser valientes y hablar con Rafael. — Serena, la del carácter más fuerte trataba de calmar a las chicas. — ¿Emma, estás ebria? ¿Dime qué me lo estoy imaginando? No te creo capaz de haberte embriagado, mujercita. — No, no, Rafael, estoy bien, solo... Solo me tomé un par de copas de champaña para los nervios, no todos los días eliges un vestido de novia para casarte. Pero te prometo que estoy bien. — Emma, pon el altavoz. — Espera... Es que no le atino. Ya, ya está, ¿Para que quieres que ponga el alta voz? — Señoritas, creí que les había encargado que cuidaran de mi mujer, entonces la llamo para pasar a recogerla y me encuentro con que está totalmente ebria. ¿Qué explicación tienen para mí? El empresario estaba muy molesto. — Disculpa Rafael, Emma solo est
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Castigo y consecuencia.
La pelirroja no dejaba de hablar en todo el camino, le contaba a Rafael los vestidos que había descargado porque a las chicas no les habían gustado. — ¿Por qué no me respondes Rafael? Parece que vengo hablando sola. — Emma venía recargada completamente en el asiento, no podía enderezarse. —¿Y todavía lo preguntas? ¡Te pusiste a beber y te olvidaste de que estás embarazada, eso le puede perjudicar al bebé, estoy tan molesto contigo, solo espero que no pase a mayores! De pronto la linda pelirroja comenzó a sollozar, el CEO le había gritado y además tenía razón en estar molesto. — Lo siento... No debí beber, no quiero que le pase nada a mi hijo, te juro que no lo volveré a hacer. ¿Me perdonas? Al hombre no le gustaba ver llorar a su mujer, Pero está vez había excedido los límites, él no contestó nada, y Emma siguió llorando. Apenas llegaron, el médico también lo hizo y después de revisarle sugirió canalizarla. — Señor Mendoza, le colocaremos un suero a la paciente, eso
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La sorpresa en el ultrasonido.
UN MES DESPUES. Esa tarde Emma tenía la cita con el ginecólogo, le harían un ultrasonido y la chequearían para asegurarse de que todo fuera bien con su embarazo. El chófer la había llevado a la compañía, ahí el CEO la esperaba, él estaba ocupado todavía en una reunión, así que ella fué directamente a su oficina. — Señorita De León, que gusto de verla. — Rogelio entraba para llevar un contrato que se le había quedado en el escritorio. — Lo mismo digo Rogelio, me da gusto verte, ¿Le falta mucho a la junta todavía? — No demasiado, por cierto, felicidades por el bebé. Fué toda una sorpresa la noticia. — Gracias, Rafael y yo estamos muy felices, solo que... Hay algo que me tiene preocupada pero no sé lo he dicho aún. — ¿Qué pasa? Si puedo ayudar lo haré con gusto. — Bueno... Es solo que siento que me está creciendo muy rápido el vientre, tengo miedo de que sea algo malo. — Debería de decirle al CEO, a él no le gusta que le ocultes nada, además el señor Mendoza no
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