Con mis dos manos cargo su cuerpo aprovechando la firmeza de la puerta y me arrimo a ella haciendo que sus piernas envuelvan mi torso. Su camiseta que me estaba tentando la otra vez en el gimnasio con sus palabras “Honey Bun” y su pantalón con conejitos me llaman a quitárselos. Aún no, aunque deseo quitarle la ropa necesito que ella se entregue a mí y me pida por si misma que se lo quite. Podría seguir con esto, dejarla desbordar de placer y hundirme en ella, sin embargo, ese no debería ser mi objetivo en este momento.¡Te deseo! ¡Te deseo! ¡Maldición! ¿Acaso el cerebro lo tengo conectado a mi otra cabeza o qué?Me imagino embistiéndola contra la puerta y haciéndola gemir de gusto entre mis brazos. Pronto mi deseo sale a flote al ver sus labios, la ultima vez que intenté tocar esos pétalos fue en el hotel. Esta vez está sobria y nada podrá detenerme.Justo cuando voy a besarla, ella cierra los ojos y siento su cuerpo temblar como si estuviera encima de ella cual depredador. La erecc
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