Una mujer tan comprensiva, sensata, hermosa y que lo amaba con todo su corazón… Alejandro no podía creer que la había perdido.En ese momento, se volvió loco por recuperarla.Alejandro quería que Luciana regresara, que volviera a su lado, que regresara al hogar que compartieron.Sentado en su auto, apretando el volante con fuerza, se preguntaba:¿Cómo podía recuperarla?Claro, a ella le gustaba leer, especialmente las obras de R.Recordaba que R tenía un libro muy difícil de conseguir, uno que Luciana siempre había querido, pero nunca logró comprar.Él lo sabía desde hacía tiempo, pero nunca le dio importancia. Solo era un libro, ¿no?Sacó su teléfono y llamó al profesor Diego.Recordaba haber visto ese libro en su estantería.El teléfono sonó y rápidamente fue a contestar.—¿Alejandro? Qué sorpresa, justo pensaba en ti —contestó con entusiasmo el profesor.—Tengo un favor que pedirle —dijo Alejandro con una sonrisa. —Recuerdo que usted tenía un libro de R, uno de esos raros, difícile
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