Kayla siente esos labios sobre los de ella. No entiende por qué razón no le molesta. Es como si su mente se hubiera quedado dormida, al igual que su cuerpo. No comprende ninguno de sus movimientos. Y sin pensarlo, corresponde a ese beso. Hades percibe ese gesto como una invitación. Lo que le causa un sentimiento extraño en su estómago. Es como un revoloteo. Es algo placentero que le encanta. Y no pierde la oportunidad de seguir explorando esa deliciosa boca. Saboreando cada rincón. Con mucho cuidado coloca sus manos en su cintura, esperando no ser rechazado. Sin embargo, eso no sucede, lo que le fascina aún más. Acaricia toda su delicada espalda, percibiendo la suavidad y calidez de su piel. Con ese solo acto tiene para que la parte íntima de Hades logre una elevación enorme. Por su parte, Kayla aún sigue con su mente nublada y completamente aturdida. No logra controlar sus movimientos ni sus emociones; solo sin razonar coloca sus manos alrededor del cuello de Hades. Para
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