Mateo dijo: —Valentina, te llevaré adentro.
Mateo quería acompañar a Valentina a la fiesta cumbre.
Valentina sonrió. —Señor Figueroa, gracias, pero puedo entrar por mi cuenta a la fiesta.
—¿Puedes entrar sola? Valentina, no alardees. Allí dentro solo hay magnates, ¿con qué derecho vas a entrar?
Ni Luciana ni Mariana creían que Valentina pudiera acceder a la fiesta cumbre. En realidad, Mateo tampoco lo creía, pero él podía llevarla como su invitada.
Valentina sacó una invitación de su bolso. —Disculpen, esta es mi invitación.
¿Valentina tenía una invitación?
Luciana y Mariana estaban asombradas. —Valentina, ¿cómo recibiste una invitación? ¿Acaso estás en la lista de los más ricos?
Mariana lo negó de inmediato. —Imposible. Nunca he visto el nombre de Valentina en la lista de los más ricos, y hay muy pocas mujeres en esa lista. El punto más destacado de esta fiesta es que la magnate Tina asistirá. Nunca he oído hablar de Valentina.
Las dudas de Mariana tenían fundamento, ya que el nombre