—Mariana, siempre tan aduladora....Después de despedirse de Joaquín y Mariana, Mateo y Luciana salieron del bar.—Luciana, haré que alguien te lleve a casa —dijo Mateo.Luciana alzó su hermoso rostro hacia él: —Mateo, esta noche no quiero ir a casa. Quiero ir a tu mansión.Luciana había reflexionado y se dio cuenta de que no debía ser tan recatada, ni esperar hasta el matrimonio para intimar con Mateo.Mateo era un hombre normal, lleno de vigor, y seguramente tenía necesidades. Si esas necesidades no eran satisfechas, podría caer en la tentación de otras mujeres.Así fue como Valentina había aprovechado la situación, metiéndose en su cama.Esta noche quería ir a la mansión de Mateo, con claras insinuaciones.Mirando el hermoso rostro de Luciana, Mateo apenas movió los labios: —Esta noche tengo que trabajar hasta tarde en la oficina y no tengo tiempo para acompañarte. Haré que te lleven a casa, sé buena.Luciana se sintió algo decepcionada: —Está bien, entonces me voy primero.Luciana
Ler mais