Elizabeth—Dispongo del grandioso privilegio al mirarte en este vestido. Yo nunca pierdo el tiempo cuando sé lo que me favorece, Elizabeth.—cuestiona mi estúpida forma de razonar con sus últimas palabras.—Por cierto, me encanta ese escote, pero aborrezco el hecho de que resalten tus senos. No tienes la culpa de ver a otros morir, la tienen ellos por tener la vista donde no deberían. Ellos son míos.Retrocedo en pasos pequeños tragando nuevamente, distraigo mi mente capacitada para olvidar los momentos importantes, siendo este uno de ellos.Me está tentando con toda la intención.«Valor, cordura, no pierdas la postura, Elizabeth.»—Detente, Maxin, no sigas.—¿Por qué? ¿Cuál es la razón?—Ya está, deja de joderme cada vez que tienes la oportunidad.—se desplaza eliminando el mínimo espacio entre nosotros alzando la tela blanca presionando mi intimidad.Dejo escapar un vulnerable sonido y cierro de golpe las piernas con su dedo dentro.—No, muñeca. Abre las piernas.—Exige con la voz grues
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