—Has estado ocupado todo el día, seguro que estás agotado. Duerme temprano, mañana te preparo el desayuno.Esa frase, lo admito, la dije para complacerlo.Total, era solo por esta noche.Mañana me iría y probablemente no volveríamos a cruzarnos en esta vida.Detrás de mí, No hubo respuesta.Me acurruqué en la manta, pensando que seguramente también querría dormir, así que no volví a hablar para no estropear las cosas.Cerré los ojos, dispuesta a dormirme.Pero de inmediato, un pecho caliente se pegó a mi espalda.Me puse tensa y, algo incómoda, le dije:—¿Qué haces? Muévete un poco... estás muy caliente.No sé por qué, pero Mateo siempre está así, tan cálido que quema.En esta época del año, cuando duermo sola, las sábanas están heladas.Ahora, con él abrazándome, me sentía sofocada, como si estuviera metida en un horno.Una sensación húmeda y suave rozó mi nuca.Mi cuerpo tembló, y tartamudeando, intenté razonar con él:—¿Qué haces? Mañana temprano tengo que ir al set a supervisar...
Leer más