Diana se detuvo sosteniéndose de un árbol sintiendo el mareo de su cuerpo, trató de recuperar el aliento perdido.La vida dentro de ella también la mantendría apegada a Aris ese sería un vínculo irrompible, sin embargo, el miedo era más fuerte que la razón.Entonces el silencio de la noche se vio interrumpido por la llegada de su enemigo, del macho del que había tenido más miedo incluso que Aris.Aquel con quien la querían casar antes, Adel. El macho la miró con ojos llenos de lujuria insana dando pasos peligrosos hasta ella.Diana enseguida se puso en guardia tensándose.—No tengas miedo Diana, ven conmigo, yo te cuidaré mejor de lo que Aris nunca supo, te ayudaré a liberarte de él y solo así serás mía.—Aléjate de mí —Su voz sonó temblorosa pero era por el dolor que comenzaba a surgir dentro de sus entrañas—. No quiero ser parte de tu locura, aléjate lo digo en serio. Adel solo sonrió en forma de burla y en un movimiento rápido la atrapó.Diana gritó alertando a Aris quien apretó e
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