156. La conversación
—Imagine a Heinz con otra mujer. ¿No te importa? ¿En verdad no sienes nada por él? —preguntó Hee-sook.—No, no… Entre nosotros no había nada, más que solo besos por contrato. Yo no quiero estar con ningún hombre… No quiero, volver a sufrir —dijo Ha-na, sentida.—Respóndeme algo… Desde que estuviste con Heinz, ¿cuántas veces te hizo sufrir?Ha-na se quedó pensativa y en silencio. Heinz había sido el hombre que la había salvado el día de su boda, le había dado trabajo, un nuevo lugar nuevo para vivir, mientras pasaba todo el alboroto de su desplante. Él siempre estaba para ella, llevándola a pasear, a comer; él fue su detracción en su caos. Aquel hombre no la había lastimado, ni ofendido ni una sola vez; solo le había dado refugio, calor, besos, placer.—Ninguna —dijo Ha-na sin mucha fuerza.—Él ha estado enamorado de ti desde que era un niño… Esperó tantos años para darte un solo beso, aún cuando se enteró que te ibas a casar, te fue a ver, deseando que fueras feliz —dijo Hee-sook—. He
Ler mais