Papá había salvado a mamá del fuego utilizando el tronco caído sobre aquella caravana como un camino libre del fuego. Mamá se enamoró de él a primera vista y papá decidió que ella sería su compañera para toda la eternidad después de presenciar su mini concierto. Durante los siguientes meses vivieron felizmente en el bosque hasta que se encontraron con un par de Renegados que papá tuvo que ahuyentar. Fue el momento de regresar a casa finalmente. Solo que cuando llegó a esta manada el Alfa no recibió a mamá con los brazos abiertos a pesar de que portaba la marca de pareja de papá. El Alfa quiso expulsarlos a ambos, pero papá estaba decidido a que su compañera estuviera a salvo dentro de un territorio de manada. Retó al Alfa a un duelo... y lo ganó. Así fue como se convirtió en el nuevo Alfa y la manada prosperó bajo su liderato. Ahora me tocaba a mí continuar con su legado; no importaba lo duro que tuviera que trabajar para lograrlo, conseguiría que mi manada volviera a ser

No había sido mi intención escuchar. Simplemente recordé que no le había preguntado a Raptor sobre el nuevo arreglo que había hecho con el Alfa Deus sobre vendernos el tipo de semilla que necesitabamos para las gallinas. En un principio había sido yo quien negoció el precio, pero después de contarle a Raptor durante uno de nuestros entrenamientos, él gruñó llamándolo "bastardo abusivo" y se ofreció a ir personalmente a sacudir su cuello por un trato mejor. -Eres una buena negociadora, simplemente el tipo es un viejo zorro astuto. Mientras esté aquí, deja que sea yo quien se encargue de hablar con otros Alfas. - Dijo dándome algunas palmaditas en mi cabeza. - No te preocupes, tus aves tendrán su comida. Mañana, después de nuestro entrenamiento, te diré qué fue lo que sucedió. Acepté solo porque un mejor trato sonaba excelente. Suponía que, al igual que a mí, se le había olvidado todo el asunto. Así que después de lavar mi cara llena de sudor en el río, corrí para alcanzarlo e

-De nuevo. Lleva tus garras más alto. Me transformé y simplemente me tiré al suelo. Estaba agotada y preferí mirar las copas de los árboles desde mi posición antes que volver a atacar imaginariamente a quien sea que midiera dos metros de alto. Pronto estuvo en mi campo de visión. -¿Así es como tratarás con un enemigo?- Preguntó burlonamente Raptor desde arriba.- ¿Haciéndote la muerta? -Si a las zarigüeyas les funciona, ¿Por qué a mí no? -Murmuré con una mueca de dolor. - Ya no puedo más. Él negó con la cabeza. -¿Y es más sencillo morir que pedir que terminemos por hoy? -Lo es cuando mi entrenador me ignora; llevo media hora pidiéndolo. Se echó a reír. -Aún no estabas en tu límite. Ahora que lo estás, es hora de seguir. -Eso no tiene sentido. - Dije con incredulidad. -Tiene todo el sentido del mundo. - Dijo sentándose a mi lado. - ¿Qué harás si te encuentras con varios enemigos y tienes que luchar, esquivar y correr por horas? -¿Llorar? -Superar tus límites y