La tarde fue amena, fue larga, se hicieron y se descartaron varios diseños, luego de varios postres y bebidas sin alcohol, todas estaban ayudando a Paloma con comentarios, risas y buenos momentos, quien viera esa reunión, se sorprendería, ya que ahí estaban las mujeres de los hombres que marcaron la vida de Valeria.Aquellas solo trataban de ser buenas invitadas, todo por el bien y la felicidad de una chica que, sin saberlo, vino a unir a dos familias que jamás se hubieran visto juntas nuevamente.Mientras aquello se suscitaba en aquel salón, Marco, por su lado, cuidaba pacientemente a todos los niños. Bastaba decir que, en el caso de Gio, Enzo y Ele, no necesitaba más que alimentarlos, ya que eran unos niños bien portados.Pero en el caso de las y él bebe, las cosas se complicaban un poco, puesto que, si lloraba uno, en cadena, se iban despertando todos.- Gio, por favor, ¿me ayudas a pasarme las toallitas? Creo que alguno de estos bebes, ya requiere un cambio urgente de pañal. – Dijo
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