Al amanecer, Guadalupe despertó al sentir frío, el cálido abrazo de Massimo no estaba, pensó que su marido tal vez se había levantado a hacerle el desayuno. Aunque en el pecho algo no la dejaba tranquila, se vistió y salió a caminar al jardín, pasó por la cocina y en ella no estaba, no había señales de su esposo, regreso a la habitación y por instinto busco su maleta, esta ya no se encontraba.Por un momento se quedó sentada a la orilla de su cama, no podía pensar claramente, lo que ocurrió en la noche fue especial para ella, se reusaba a lo evidente. Este hombre nuevamente logró engañarle, ella cayó como cada una de las veces que lo había hecho con anterioridad.Trató de no pensar en cosas malas, pero al ver que el tiempo avanzaba y este no aparecía, buscó su móvil y le marcó, el teléfono sonaba, pero él no tomaba la llamada.Eran las 10:00 am y decidió marcar a la mansión, un poco por preocupación, un poco por enojo. Quería saber, ¿qué estaba sucediendo? Un día antes le había dado
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