Cap. 45 Retiro lo dicho.
El recepcionista frunció el ceño, aun dudando de los tres estudiantes frente a él. Se giró y marcó un número interno.—Voy a llamar al gerente —dijo en voz baja.El gerente llegó minutos después, con paso firme y mirada inquisitiva. Al ver la tarjeta platino que Ino sostenía, se detuvo en seco.—¿Me puede prestar esa tarjeta, por favor?La tomó con cuidado, examinándola como si fuera una reliquia. ¿Una estudiante de escuela pública con una tarjeta platino? pensó. Esa tarjeta solo se otorgaba a personas con más de 50 millones de dalias en el banco.Lo que el gerente no sabía era que, ayer, Ino había firmado un contrato secreto con Erika. Cada semana, Erika recibiría telas hechas por Ino, y como pago adelantado, le transfirió 70 millones de dalias. El banco, al ver semejante movimiento, le pidió a Ino que cambiara su tarjeta de ahorro por una de nivel superior, Ino lo acepto y al día siguiente le entregaron la tarjeta.Ino tenia una tarjeta de ahorro especial, ahí ella recibía dinero com
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