El mesero comenzó a dejar los platos que Ino y sus amigos habían pedido. Todos eran parte del menú “todo lo que puedas comer por un solo precio”, así que podían comer asta estar completamente satisfechos.

Después de una hora, otro mesero corrió hacia el gerente, visiblemente alterado.

—Señor… las 2 estudiantes están arrasando con la comida. Ya han repetido el menú varias veces.

El gerente frunció el ceño.

—¿Estás exagerando?

—No, señor. Tiene que verlo usted mismo.

El gerente fue a verificar. Al llegar, vio cómo el mesero apenas dejaba los platos… y ya estaba recogiendo los vacíos. Ino y Koizumi comían a una velocidad que parecía imposible. Por otro lado, Asuma estaba algo sorprendido, pues el ya no podía comer, no entendía como es que podían seguir comiendo.

—¿Qué está pasando aquí? —dijo el gerente preocupado.

Un empleado se acercó, pálido, con una hoja en la mano.

—Señor… debe ver esto. Cometimos un terrible error.

El gerente leyó. Se quedó helado. Un escalofrío recorrió su espalda.