"¿No es agradable, estar en total soledad? Corazón de cristal, mi mente de piedra. Me haces pedazos, hasta llegar al hueso. Hola, bienvenida a casa. Hola, bienvenida a casa."Fumiko Ibars Me removí en la cama, cubriéndome la cara con la almohada, intentando bloquear todo lo que podía. Mi cabeza parecía que iba a estallar en cualquier momento, y todo daba vueltas sin detenerse. El dolor era insoportable, como si mil martillos golpearan mis sienes. Había bebido demasiado anoche, una vez más, y el resultado era predecible, aunque siempre lo ignoraba cuando decidía que debía beber para escapar de todo lo que me atormentaba. Pero ahora, mi cuerpo lo estaba pagando caro. Traté de ignorar el sonido de mis propios pensamientos, pero era imposible. Escuché una voz familiar desde la puerta del cuarto, y su tono inconfundible atravesó mi mente nublada. -Buenos días, linda, arriba -dijo Garret, casi en tono de burla. Gruñí en frustración al escuchar su voz. La última cosa que quería era qu
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