Capítulo 6

—¿A qué diablos te refieres Julián?—bramo Roberto un tanto nervioso al ver la expresión seria de Julián, para él eso significaba que su amigo hablaba en serio—¿Todo esto es por la chica? ¿Vas a abandonar todos nuestros negocios por un culo más?

—Si vas a escupir tu veneno, solo te voy a pedir una sola cosa. No te atrevas a insultarla porque ella no tiene nada que ver con esto—advirtió Julián—y si vas a perder la razón solo por dinero será mejor que te vayas de aquí, tengo problemas mucho más grandes que hablar de negocios en estos momentos.

—Entonces ten la decencia de explicarme que coño está pasando porque si no es por ella entonces por quien—exigió caminando de aquí para allá con una expresión de furia en el rostro. Julián torció los labios ante esa petición, pero no se nego.

—Si te digo la razon, me temo que tu vida se vera en riesgo y eso sera porque de no guardar silencio sere yo quien arranque la lengua de tu boca—amenazo Julian emsombrenciendo la mirada. Aquella sutil advertencia dejo un tanto perplejo a Roberto, conocia muy bien a Julian como para saber que él no amenazaba a menos que alguien estorbara en su camino y habia visto las consecuencias de hacerlo enojar, asi que traicionarlo no estaba en sus planes.

—Por favor Julian, me conoces desde hace años, tu mas que nadie sabe que alguien como yo, con tantos trucos sucios bajo la manga seria el ultimo en delatarte sea cual sea tu secreto. He visto que sucede cuando las cosas no salen como lo planeas—justifico Roberto preocupado de no ser de la confianza de su amigo, mas por temor a lo que él le fuese hacer y tambien temeroso que lo abandonara cuando ya habia planificado tantos proyectos con el dinero de Julian.

—¿Puedo confiar en ti?—cuestiono Julián desde la tina. Roberto trago saliva y únicamente asintió.

Julian suspiro y recordo la vez en que habia llegado a la ciudad de mexico con el corazon destrozado creyendo que no volveria amar de nuevo, pero con la esperanza de olvidar su pasado, aquella vez en que habia visto por primera vez el angel de la independencia habia creido que Juliano Salazar había muerto para siempre y que apartir de ese momento tendria una vida nueva, pero se había equivocado, Juliano nunca murio y su pasado lo estuvo buscando todos esos años hasta encontrarlo.

—Entonces me presentaré, mi nombre real es Juliano Salazar, hijo de Xibalba, el narcotraficante más buscado, pero desgraciadamente mi padre murió hace poco y el manejo de su cartel paso a mi poder, pero ese no es el problema. Alguien descubrió quien soy yo y lo peor es que tiene pruebas que lo confirman.

Roberto se quedó sin habla, su mente intentaba asimilarlo, tenía preguntas, muchas preguntas para Julián o mejor dicho para Juliano, su pequeña mente solo pensó en las oportunidades que había tenido siempre a su lado. Roberto era un hombre arriesgado que usualmente gustaba de estafar algunos empresarios pequeños y llevar ese dinero con grandes peces que le ayudaran a triplicar sus ganancias, Julián siempre había sido un pez gordo, pero pensó que Juliano debia ser el mobi dick que siempre había estado buscando.

—Te conozco desde hace mucho tiempo, fuimos camaradas desde un inicio, compartimos mujeres, somos amigos, pero a pesar de todo lo que compartimos en común, nunca tuviste la decencia de decirme todo esto ¿Por qué?

Julián alzó la ceja mostrándose receloso ante las palabras de su amigo, no quería dar explicaciones de sus acciones, pero ya que iba a poner en riesgo su vida al revelarle esa información pensó de decirle algo que resumiera todos esos años de silencio.

—¿Me hubiese creído?

—No sé, quizás si o tal vez no, realmente que me digas esto ahora igual es poco creíble.

—Pues créelo, de cualquier forma en unos cuantos días lo confirmaras cuando se hable de mí.

Roberto se llevó la mano a la cabeza, respiro profundo y pensó en lo terrible que seria para él que Julián se marchara, necesitaba su financiamiento para continuar teniendo la vida que llevaba, no podía dejarlo ir así como así.

—Esto es una locura—logro decir luego de unos segundos—pero eres mi amigo, no te puedo dejar así ¿Qué clase de amigo piensas que soy?

—Uno al que le interesa más mis bienes materiales que mi persona, es por eso que estaba un poco renuente a contarte la verdad, pero ya sea que te interese o no mi amistad, mi amenaza es real, al menos en lo que me quede de tiempo en este lugar.

—Por favor—insistio Roberto—no importa si eres Julian Cazares o Julianoa Salazar,  eres el mismo hombre decidido que ha tenido a media ciudad en su cama, todo aquel que te conoce sabe lo peligroso que puedes ser no solo en lo oculto sino tambien publicamente, la gente te ama, has hecho mas cosas por esta nacion que lo que ha hecho toda la camara de diputados que solo va a calentar el asiento, piensa. ¿Vas a dejar que te amenacen y te humillen de esa forma?

Julián solto una carcajada dejando atonito a Roberto, él creia que estaba dandole animo a su amigo, pero Julian no necesitaba un discurso barato, conocia a Roberto perfectamente para saber que solo velaba por sus propios intereses.

—No te confundas, sé lo que debo hacer para hacerle pagar aquel imbécil que me amenazo, no creas que mis acciones son una demostración de mi debilidad, sino todo lo contrario, soy cauteloso es todo, te di un aviso de lo que sucederá si continúas haciendo negocios a mi lado. ¿Supones que mis enemigos tendrán clemencia contigo cuando sepan que somos amigos?

Roberto se quedó sin habla, no había contemplado ese escenario catastrófico en su cabeza, solo había pensado en el dinero y por supuesto había confiado en que así como Julián resolvía sus asuntos haría lo mismo con este, pero por como se comportaba, entendió que Julián sabia que esa situación era extremadamente riesgosa incluso para él.

—¿Entonces que planeas hacer?—cuestiono un tanto curioso de saber como resolvería ese asunto, porque estaba seguro de que Julián no se quedaría con las manos cruzadas.

—Lo que haré no es de tu incumbencia, pero no te ofendas, es lo mejor para ti— admitió Julián pensando en la posibilidad de que capturaran a Roberto, sin santa y seña de sus movimientos, Roberto recibiría una muerte rápida en vez de una muerte lente y dolorosa.

Roberto sintió que el mundo se le venía encima, no podía volver a ser el mismo de antes, es decir, antes de Julián los negocios que tenía era mucho más difíciles de concretar, todo porque muchos empresarios no solían confiar de buenas a primeras en todas sus promesas, pero con la llegada de Julián todo había sido sencillo, él le había mostrado muchas formas de trabajar sin tener que recurrir a trabajos sucios. Julián no había sido solo su amigo, sino también su maestro y perderlo era penoso para Roberto.

—¿Hay algo que pueda hacer por ti?—insistió aferrado a no dejarlo marchar.

—No necesito nada de ti, así que será mejor que te vayas

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