CAPÍTULO 1.- tercer fragmento

—Somos los dueños de todo esto, ¿Por qué hemos pagado para la incursión al mismo lugar al que vamos todos los estúpidos años? —gruño Estefan.

—Leia nunca había venido —dijo Liam caminando a su lado—. ¿Cuál es tu excusa?

—Joon me dijo que nos volveríamos célibes si no venía con él a esta estúpida excursión.

Liam empezó a reírse, pero paró de pronto.

—Espera un momento —Liam detuvo a Estefan—. ¿Tú y Joon ya...?

Estefan lo miró sin entender.

—¿Ya qué?

Liam miró que Leia y Joon estaban más arriba de ellos, escalando la montaña y miró atrás para ver que nadie los esté escuchando.

¿Ya hicieron el amor? —susurro Liam.

Estefan bufón burlón.

—¿El amor dices? —Estefan lo empujó algo fuerte y retomó su camino—. Tenemos sexo desde navidad.

—¿Navidad? —preguntó Liam muy asombrado y curioso—. ¿Y... y cómo es?

Ahora fue Estefan el que paró de caminar.

—Tú te has acostado con media escuela, sabes muy bien como es.

—¡Oye! —Liam se fijó de que Leia estuviera lo suficiente lejos para no haber escuchado—. Me refiero a como es hacerlo con... con... ya tú sabes.

—¿Con un hombre?

—¿Es muy diferente? —susurro nuevamente Liam.

—¿Qué es diferente?

Bael apareció asustando a Liam.

—¡Bael! —Liam se acarició el pecho—. ¡¿Por qué apareces así?!

—¿De qué hablaban? —Bael sacó una barra energética de su bolsillo ignorando a Liam.

—De como tengo sexo con Joon —respondió Estefan.

Bael que estaba a punto de morder su barra energética, arrugó la frente y se le quito las ganas de comer.

—Ya había superado mi trauma después de haberlos escuchado en navidad —gruño Bael—. Gracias por recordármelo.

—¿Nos escuchaste? —Estefan lo miró extrañado.

—Todo el palacio los escuchó en navidad —Bael tembló asqueado—. Yo tuve la mala suerte de haber pasado por ahí.

—Yo no los escuche —Liam los miro extrañado—. ¿En qué parte del palacio fue?

—¿Cómo que todo el palacio? —Estefan miraba a Bael preocupado.

—¿Acaso no sabes que nuestros padres y el personal de servicio son ya transformados con super audición? —Bael sonrió—. Mi tío Jaime me contó que mi papá voló rápidamente hacia mi casa cuando supo quienes estaban haciendo el alboroto para no escucharlos.

—Carajo —Estefan refunfuño mientras Bael se reía.

—Por favor dime que no lo hicieron en la biblioteca —rogó Liam.

—Fue en el cuarto de música —dijo Bael calmando su risa—. Pero Estefan , ¿Como quieres que no los escucharan si hacías gritar a Joon como si lo estuvieran torturando?

Estefan fulmino con la mirada a Bael mientras Liam ponía gesto de asco.

—Yo definitivamente no necesitaba saber sobre eso —dijo Liam.

—No se lo digan a Joon —le pido Estefan—. No querrá presentarse ante nuestros padres nunca más si lo sabe.

***

—Joon —Bastian decidió mirarlo al fin— ¿Podemos hablar?

Bastián y Natsuki se habían encontrado en el camino a Leia, Jessy, Gabriela, Odette y Joon.

—Claro —Joon se alejó un poco de ellas y caminó junto a Bastian.

—¿Y si seguimos por aquel camino? —señaló Bastian.

—Bien —Joon se volvió para fijarse si Estefan ya no estaba mirándolo.

—Los dejamos atrás hace rato —habló Gabriela maliciosamente—. Es el momento perfecto para perderte por ahí.

Joon le sacó la lengua y se fue junto Bastian.

Los dos caminaron un buen rato sin hablar, pero fue Joon quien rompió el silencio.

—Pensé que nunca más hablaríamos —se lamentó Joon.

—¿De veras? —Bastian suspiro—. Estaba esperando a que me perdones.

—¿Perdonarte por qué?

—Por la vez que casi nos matamos a golpes Estefan y yo.

—Ah por eso —recordó Joon—. Ya pasó mucho tiempo, no soy rencoroso, además que al día siguiente estaba más preocupado por ti.

—¿Preocupado?

—Supongo que alguno de los videos de tu confesión de amor de aquella fiesta por mi debió llegar a tu manada.

Bastian asintió y le contó a Joon que había hablado con su papá del tema, al comienzo había sido difícil el tema entre su familia, pero su papá lo había aceptado sin problemas.

—Me encanta lo unido que eres con tu papá —sonrió Joon—. Debe ser genial tener una familia que te respalde en todo.

Bastian recordó a la familia de Joon.

—¿Cómo estás?

—Bien —Joon miró al suelo mientras seguía caminando—. Ya sabes, las cosas están algo complicadas para mí.

—Lo sé.

—Gracias por contárselo a Estefan.

—¿Te lo dijo?

—Si —Joon volvió a mirarlo—. Ya no tenemos secretos entre nosotros.

—¿Ustedes van en serio verdad?

—Muy en serio —Joon mordió sus labios—. Tanto que ya quiere que nos casemos apenas cumplamos 18 años.

Bastian intentó que su gesto de desilusión no se notara en su cara.

—¿Te lo ha pedido?

—Ese es el problema —se rio Joon—. Me lo ha contado como si lo diera por hecho.

—¿Enserio? —dijo Bastián burlón—. Que romántico.

—¿Y tú qué tal estás?

—Bien —Bastian suspiro—. Esperando que mi papa acepte que pueda hacer la universidad aquí.

—¿No quiere dejarte?

—Quiere darme el puesto de alfa de una vez —dijo Bastian algo fastidiado—. Y la verdad es que aún me falta un año más de escuela y apenas cumpliré 17 dentro de un mes, ¿Soy demasiado joven sabes?

Joon asintió.

—Pero serás un gran alfa —lo elogió—. Un alfa muy bondadoso.

—No le digas eso a mi padre —bufo Bastian—. Él quiere que sea un alfa feroz.

Los siguieron hablando y subiendo la montaña por un largo rato, poniéndose al día de todo lo que les había pasado los meses que habían estado sin hablarse.

***

Leia tomó un gran trago de agua y se sentó en una roca, habían empezado a subir la montaña desde muy temprano y ya casi era mediodía. Agradeció haber empezado hacer ejercicio hace meses, antes de llegar al reino no tenía el físico para resistir tantas horas subiendo una montaña.

—¿Ya estás cansada? —la molesto Gabriela—. Todavía faltan 3 horas más de subida para llegar a la cima.

—No la molestes —Odette miro mal a Gabriela—. Ella no tiene tu fuerza.

—Lo dice la que tiene alas —replicó Gabriela.

—Chicas no discutan por tonterías —pidió Jessy.

—¿No es hermosa la vista? —preguntó Leia ignorándolas.

Aunque no estaban en la cima, desde donde estaban se veía gran parte de la ciudad principal del Reino y la boscosa falda de la montaña.

—Este lugar es de ensueño —Leia miró cautivada todo—. Es tan hermoso todo.

Habían llegado a una zona intermedia de la montaña, había un par de pequeñas casetas pegadas a la montaña que parecía flotar un poco, varios de sus compañeros empezaron a alcanzarlas. El profesor que estaba encargado de la clase les pidió que descansaran una hora ahí para que pudieran comer. Leia busco a Liam con la mirada, lo había escuchado reír con sus primos a unos metros detrás de ella. Quiso esperarlo para unirse al grupo, pero cuando noto que Bael iba junto a Liam y los dos parecían tan a gusto el uno con el otro, decidió subir más rápido para separarse de ellos, no quería que Bael se alejara del grupo solo porque estaba ella. Joon la había seguido hasta cierto punto, hasta que se encontraron con Bastian y Natsuki. Bastian le había pedido hablar a Joon y se había ido por otro camino. Natsuki se había quedado en su grupo hablando y jugando con Odette.

—¿Alguien quiere sopa de miso? —preguntó Natsuki sacando un termo.

—¿Quien toma sopa con este calor? —preguntó Gabriela.

—¿Tu no has traído nada para comer? —Jessy miró la pequeña mochila de Gabriela.

—Mi papi me dijo que me traería el almuerzo —Gabriela puso una pequeña manta sobre una roca algo plana para no ensuciarse—. Me gusta comer comida recién hecha, no me gusta la comida empaquetada.

Odette puso los ojos en blanco y Natsuki se burló disimuladamente. Leia iba a preguntar cómo es que su padre llegaría a ellos si estaban a más de 5 horas de camino y por ahí no se podía subir en auto. Cuando vio como una especie de ave negra y enorme se acercaba a ellos

—¡Aquí papi!

Gabriela sacudió la mano para que pudiera verla.

Alan aterrizo enfrente de ellos asustando a varios de sus compañeros.

—Aquí está tu almuerzo Gabi —Alan le entregó una gran canasta con una manta blanca encima—. Para ti y Bael.

—Gracias papi —Gabriela le dio un beso en la mejilla a su padre y se sentó a revisar su canasta.

Odette saludó cariñosamente a su tío y los demás también saludaron. Leia aún le tenía algo de miedo.

—Deja la canasta en una de las casetas cuando acabes —dijo Alan preparando sus alas para volar nuevamente—. Llámame si ocurre algo.

—No te preocupes, estoy bien —le respondió Gabriela.

—¿Ninguna de estas alimañas te está molestando cierto? —Alan miró amenazante a todos los chicos que lo miraban disimuladamente.

—Papa estoy bien —sonrió Gabriela.

—Bien, cuídate mi princesa.

Alan beso a su hija en la frente y se fue volando.

Poco después Bael y Estefan los alcanzaron.

—¿Y Joon? —Estefan buscaba a su novio entre los varios chicos que estaban sentados cerca de ellos.

—Ya seguro nos alcanza —dijo Natsuki dándole un poco de su sopa a Odette—. Estaban cerca de nosotros.

Estefan entrecerró los ojos al ver a Natsuki.

—¿Estaban? —dijo Estefan casi amenazante—. ¿Dónde está Bastian?

—¿Papá ya se fue? —Bael cogió un gran sándwich de carne y queso de la canasta.

Leia busco a Liam con la mirada, pero seguía sin aparecer.

—Jessy —susurró Leia—. Pregúntale a Bael dónde está Liam.

—Una compañera de clase le pido hablar un rato para algún trabajo o algo así —le respondió Bael porque la había escuchado, pero sin mirarla ya que seguía sin hablarle desde navidad.

Natsuki —Estefan estaba a punto de perder la paciencia—. ¿Por qué no me quieres decir dónde está Bastian?

—Debí traer mi katana —se lamentó Natsuki.

—Estamos aquí pesado —Joon apareció con Bastian—. Solo nos separamos para hablar un rato.

Estefan los asesinó con la mirada.

—¿Y de que tendrían que hablar ustedes a solas?

—Solo arreglamos las cosas, odioso —Joon se cruzó de brazos—. ¿Vas a ponerte más pesado?, dímelo para empujarte desde aquí de una vez.

—Liam sigue sin aparecer —dijo Leia desilusionada.

—Tal vez sea una de sus fans odiosas —dijo Jessy—. Deberías ir a buscarlo, tal vez lo salves de una situación incómoda.

—¿Tú crees? —Leia miraba a todos lados.

—Si quieres te acompaño —le propuso Jessy.

—Vamos —Leia volvió a meter su almuerzo de nuevo.

—Están en una zona muy empinada —dijo Bael sin mirarlas—. No queremos muertos.

Ellas lo ignoraron.

—Eres patético —se burló Gabriela—. Deberías acompañarlas, no se vayan a matar las torpes.

Bael gruño frustrado.

***

Liam estaba mirándola confundido y realmente sorprendido, su compañera Jenifer estaba contándole todos los mensajes de amor que se supone él le había mandado, los regalos y las veces que le había dicho que terminaría con Leia.

Cuando él jamás le había dirigido la palabra.

—¿Yo te dije que terminaría con Leia?

—No te hagas el tonto —sonrió ella coqueta—. Me dijiste en tu segunda carta de amor que Leia tenía una enfermedad terminal y que por eso debemos esconder nuestro amor, porque tenías miedo de lastimarla y que se hiciera daño.

—¿Enserio? —Liam ya empezaba a ofuscarte.

—Yo normalmente no aceptaría una relación así —Jenifer se acercó a Liam—. Pero tus cartas y tus mensajes, las rosas... me encantas Liam.

—Jenifer —Liam se sentía demasiado incómodo con su acercamiento—. Mira, lo que te voy a decirte es triste, pero creo que alguien te ha ...

Liam no pudo terminar de hablar, porque Jenifer se lanzó a su cuello y lo besó. Liam intentó separarse delicadamente, ya que estaban en un lugar algo empinado y sería peligroso empujarla, pero al sentir que ella ponía más resistencia, tuvo que usar un poco de su fuerza para separarse.

—¡Liam!

Escucho la voz de Leia.

Liam prácticamente lanzó a Jenifer lejos de él para ver como Leia lloraba mirándolo.

—Leia no... —estaba pasmado.

No vuelvas...no vuelvas... —Leia lloraba mirándolo decepcionada y furiosa—. ¡No vuelvas a dirigirme la palabra nunca más!, ¡Terminamos!

—¡Leia! —grito Liam aterrado—. ¡Esto es un malentendido!

Leia intentó irse corriendo, pero paró de la nada y se desvaneció cayendo. Empezó a rodar por la empinada montaña.

—¡Leia no! —grito Jessy siguiéndola.

Liam y Jessy corrieron intentando llegar a ella, los dos gritaron espantados cuando Leia choco su cuerpo violentamente contra un árbol.

Liam llegó primero.

—¡Mi amor no! —Liam ahora lloraba al ver las heridas en su rostro—. ¡Que alguien nos ayude!

Jessy llegó después de él.

—¡Está botando mucha sangre por el pantalón! —grito desesperada—. ¡Ayuda!

Liam se dio cuenta como su pantalón se manchaba de sangre, se estaba desangrando con rapidez.

—¡¿Qué ha pasado?! —grito Bael a lo lejos.

—¡Llama a tu papa! —Liam gritó desgarradoramente—. ¡Trae a Odette ahora!

***

Jaime revisaba un documento apoyado en la ventana del despacho que tenía en el palacio, le gustaba usar la luz del sol para leer.

Hasta que noto que oscureció de repente.

Miro hacia el cielo y se pasmo al ver que aparecía un eclipse, sintió como un dolor pequeño y triste dentro de él.

De repente lo comprendió al ver que el aro del eclipse era rojo.

Salió desesperado de su despacho y corrió hacia el despacho de Oliver, entró en este casi tumbando la puerta y vio como Oliver miraba también el eclipse por su ventana.

—¡Oliver!

Jaime se aproximó rápidamente a él y empezó a revisarlo totalmente asustado.

—¡¿Estás bien?! —grito dándole vueltas a Oliver—. ¡¿Estás herido?!

—¡¿Qué te pasa?! —Oliver se apartó de él—. ¡Estoy bien!

—El eclipse rojo... —habló Jaime ofuscado—. Solo sucede cuando un rey o un próximo Rey muere, acuérdate cuando éramos niños y tu abuelo murió...

—¿Que...? —Oliver abrió los ojos—. ¿Próximo rey...?

Oliver empezó a sentir que una corriente helada recorría su cuerpo al pensar en quién era el próximo Rey.

—¡Liam! —volvió a gritar Jaime, entendiendo a Oliver—. ¡¿Dónde está Liam?!

—¿Por qué gritan tanto? —Alan entró al despacho—. ¿Qué paso?

—¡Ve por Liam ahora mismo! —le ordenó Oliver al borde del llanto—. ¡Tráeme a mi hijo!, ¡Está en la maldita montaña!, ¡Tráiganme a mi hijo!

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