Capitulo 4: ¿Hasta donde debemos llegar?

[MAURO]

Estamos sentados lado a lado en el borde de está cama sabiendo perfectamente que está noche nos toca compartir habitación, algo que es la segunda vez que nos toca hacer. La primera vez, fue cuando nos casamos y nos fuimos de “luna de miel” a Paris, aunque en realidad, allí fue donde todo este plan se termino de armar, cada vez que entrabamos a aquel spa no era para relajarnos precisamente… los recuerdos de aquella semana no se me irán nunca de mi mente. Frente a los empleados del hotel de mi familia debíamos fingir ser el matrimonio recién casado

y feliz que se encerraba en la habitación por largas horas, pero en realidad tan solo nos encerrábamos a leer todo el material que necesitábamos e instruirnos para estar preparados. 

—¿Te estás acordando de Paris? — Me interrumpe su voz y al levantar mi cabeza giro a verla para encontrarme con su mirada fijamente sobre mi.

—Si…— Confieso.

—Fueron días intensos— Murmuro y se sonríe.

—Demasiado, nunca en mi vida imagine que pasara por algo como eso— Comenta y niego.

—Ni yo…— Respondo y vuelvo a mirar al suelo —¿Crees que Isla y Tiziano estarían de acuerdo con todo esto? — Averiguo.

—No lo sé, lo único que sé es que aquel accidente no fue un accidente… vimos las pruebas— Expone y asiento.

—Lo sé… no puedo creer que nuestros padres hicieran eso— Susurro y es que ni siquiera me atrevo a mencionar el asunto. Ella no dice nada, solo la escucho respirar en este inmenso silencio que se ha formado en la habitación hasta que de pronto alguien llama a la puerta y los dos nos miramos preocupados. Danna es quien se pone de pie y se acerca para mirar por la mirilla y al instante se da la vuelta y comienza a quitarse el vestido que trae puesto —¿Qué haces? — Pregunto bajito mientras su lencería de encaje se hace presente frente a mi.

—Es un camarero, trae champagne y fresas con chocolate, es evidente que ni tú ni yo lo hemos pedido… debe haber sido tu padre, así que debemos disimular que estábamos en lo nuestro, ya sabes…— Explica bajito mientras que se acerca a mi y prácticamente me arranca la americana del esmoquin, el moño y la camisa a toda prisa —Desabróchate el pantalón— Indica y mientras me habla, se coloca el albornoz de seda color blanco que hay colgando en el armario, pero no se lo abrocha del todo —Desordena la cama— Señala y rápidamente lo hago.

—Listo— Indico.

Una vez que todo está listo, ella respira profundo y abre la puerta mientras que se termina de amarrar el albornoz haciendo que el pobre hombre que está del otro lado casi se ahogue —Hola—

Él se aclara la garganta y yo intento no reírme, y es que si… no es fácil ver a semejante mujer de está manera —El señor Francisco Carballares les envía esto— Le explica y ella abre un poco más la puerta para que él entre.

—Adelante por favor— Indica y cuando el hombre de cabello negro me ve sentado sobre la cama semidesnudo, apenas puede mantenerme la mirada, supongo que se ha comido el cuento de que nos ha interrumpido en la mejor parte.

—¿Le ha dicho mi padre porque nos envía esto? — Averiguo.

Él asiente —Dijo que no se quedaron para el ultimo brindis y supuso que querrían brindar a solas— Explica.

—Dile que gracias— Es lo único que respondo y el hombre simplemente asiente mientras que yo me pongo de pie y busco mi cartera para entregarle una propina.

—Gracias señor— Murmura y se aleja, pero Danna y su manera de hacer todo esto más creíble, deja que el albornoz se abra un poco dejando entrever su sujetador de encaje, algo que evidentemente hace que el pobre hombre se ponga aún más nervioso.

Cuando él ya se ha retirado y ella cierra la puerta, tengo toda la intención de decirle algo, pero ella rápidamente se acerca a mi y me tapa la boca con su mano —Shhh… no sabemos si ese tipo es realmente un camarero— Me dice bajito.

De inmediato saco su mano de mi boca y la sujeto por la muñeca siendo lo más delicado que puedo —Pobre hombre casi muere de un infarto— Bromeo.

—Tú padre quería saber si estábamos por coger… bueno, ahí tendrá su respuesta— Sentencia.

—Vaya respuesta— Bromeo.

—Sabes que esto no ha sido casualidad, ¿no? — Me pregunta.

—Lo sé… mi padre está peor que nunca… me está presionando con lo de los nietos—

—¿Por qué jode tanto? — Indaga mirándome a los ojos.

—Porque nunca lleve a ninguna chica a casa, no le he presentado a ninguna de mis novias y con suerte ha sabido de una. Sabes que no me enorgullezco de quien es mi familia— Relato.

—¿Entonces…? Él piensa…— Trata de decir.

—Que soy gay y que este matrimonio es una tapadera— Termino de decir y por alguna razón ella empieza a reírse —¿Qué? — Pregunto confundido y ella hace un paneo general de mi comenzando por mis ojos y terminando por mi entrepierna.

—Le diré a tu padre que no hay posibilidad alguna de que seas gay… y yo que tú me buscaba a alguna chica por ahí que te hiciera el favor, quedarte así no es bueno— Explica y se da la media vuelta —Iré a ducharme, creo que el sofá se hace cama— Termina de decir y se agacha para buscar su ropa en la maleta que hemos traído.

—Danna— La llamo y ella voltea a mirarme —La próxima me dices y me desvisto yo, ¿te parece? — Negocio y se sonríe.

—Es que no reaccionabas, te me quedaste mirando como un idiota— Rebate y ahora soy yo quien se sonríe.

—Tu lencería es espectacular, me quede admirando el diseño— Miento.

—Aha… como digas… si vas a hacer alguna asquerosidad, que sea en el baño, ¿sí? No quiero salir y verte ahí haciendo no sé que— Bromea.

—No te preocupes, no es para tanto— Respondo y sin decir ni una sola palabra más, ella se levanta del suelo y va hacia el baño mientras que yo me dejo caer de espaldas sobre la cama pensando en lo idiota que he sido, o mejor dicho… lo estúpido que es mi cuerpo por reaccionar de está manera, si, ella es bella, pero todo esto no puede pasar más del trato que tenemos. No podemos arriesgarnos de esa manera…

《Piensa en otra cosa… mejor ve analizando como obtendrás toda la información que necesitas… el tiempo corre en contra》 Me digo por dentro y quiero pensar que todo esto me puede ayuda a borrar la imagen de ella vestida así, o mejor dicho, no vestida así…

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