Capitulo 35

Delante de ella había una mano hermosa y encantadora, incluso podía sentir el calor que provenía de esa mano al tocar su cara.

Inhaló el aire frío, y echó su cabeza hacia atrás.

Al mismo tiempo, alzó la vista, encontrándose de pronto con la mirada de aquel hermoso hombre. Esos claros ojos, había una mezcla de ternura y amor y deseo.

Sebastián retiró su mano, Y puso su rostro en expresivo.

“¿ya despertaste?”.

“¿tú, por qué estás aquí?”.

Sebastián no respondió, sus ojos sonrientes suavemente debajo de su barbilla.

Su mirada era Cortés, pero Isabella siempre podía notar en su expresión otra intención escondida.

Bajo la vista, viendo su hombro y pecho desnudo. Su hermoso rostro se sonrojó de repente con timidez y confusión. Rápidamente, se subió la sábana, cubriéndose. Entonces, se sentó de golpe.

Todo su ser retrocedió inconscientemente, y de repente perdió el apoyo detrás de ella, cayendo hacia atrás.

En ese momento, Isabella solo podía sentir vergüenza e impotencia.
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