Después de publicar mi video musical, la reacción fue enorme.

En los comentarios, todos decían que la canción les recordó a quienes fueron alguna vez, a ese yo apasionado que creía en el amor con todo el corazón.

Empecé a subir nuevas composiciones, y para mi sorpresa, varios productores musicales querían firmar conmigo.

Las ofertas eran generosas, mucho más de lo que mis padres biológicos o incluso Guillermo me ofrecieron alguna vez.

Fue entonces cuando lo entendí con claridad:

Puedo valerme por mí misma.

No necesito la validación de mis padres ni de Guillermo.

En este mundo, hay muchas personas que aman mi música.

Mientras grababa un nuevo tema con los niños, de pronto Ivette irrumpió en el rancho—

Parecía una loca, gritando como desquiciada:

—¡Julia! ¡Sabía que eras tú! ¡Estás viva! ¿Tienes idea de cuánta gente me ha maldecido por tu muerte? ¡Mi esposo me dejó, Guillermo ya no me habla, y hasta mis padres desearían que me muriera!

—Pensé que al tener un hijo todo se arreglaría, que